Un vulcanólogo del CSIC: “Estamos ante una encrucijada respecto comportamiento del volcán”
El vulcanólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Vicente Soler admite que la comunidad científica está ante “una encrucijada” respecto al comportamiento del volcán de La Palma, pues aunque ha entrado en una nueva fase, eso no quiere decir que el final esté más cerca. “No es fácil hacerse una composición de lugar única. Hay demasiados parámetros en juego y hay que esperar varios días. Ojalá tocase a su fin, pero no deja de ser un deseo. Todos estamos expectantes. No tenemos una bola de cristal”, señala.
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) publicó ayer que la aparición de depósitos de azufre elemental en el cono principal podrían apuntar a un “cambio claro” en la dinámica de la erupción, que no a su final. Vicente Soler comenta al respecto que no es la primera vez que se observa este fenómeno en el volcán de Cumbre Vieja. En lo que sí coincide es que ha habido en las últimas horas un cambio de dinámica, con predominio de un comportamiento vulcaniano sobre el estromboliano, pues casi ha desaparecido la pluma de piroclastos incandescentes. Matiza, para no generar “una falsa alarma”, que con vulcaniano se refiere a una fase de emisión gaseosa con formación de volutas de color marrón oscuro, y añade que el valor del Cumbre Vieja en el índice de explosividad VEI es de dos, quizá tres, en una escala de cero a ocho.
También recuerda que la erupción del volcán de San Juan (1949) alternó fases estrombolianas y vulcanianas “desde muy al principio”. Sobre la pregunta del millón, cuánto le queda a la erupción que comenzó el pasado 19 de septiembre, Vicente Soler indica que “hay una serie de fenómenos que no ayudan”: el principal, que ahora resulta “muy difícil” cuantificar cuánta lava está saliendo porque el principal punto de emisión vierte sobre un tubo volcánico. “En los primeros 500 metros no se ve la lava; más abajo cae por el promontorio que se creó por el último derrumbe del cono y luego hay una surgencia de lava que se desparrama en varios frentes, que luego se unen”, describe. “Antes, con unos prismáticos se veía salir la lava; ahora no hay nade de eso”, lo que puede llevar a pensar que “esto toca a su fin. Lo que toca es tener un poco de paciencia”, aconseja Soler. (Efe)
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