Bares y restaurantes en Cataluña: entre la resignación y la aceptación del certificado covid


La circulación del virus en Cataluña sigue creciendo. Y los empresarios de la restauración vuelven a ver las orejas al lobo. Los expertos sanitarios reclaman medidas restrictivas al Govern, que no quiere que sean severas. El Gobierno catalán tiene en la recámara implementar el certificado covid en aquellos espacios comunitarios de riesgo. Bares y restaurantes están en el punto de mira, y el sector observa la situación con resignación: “Antes de limitar horarios o aforos, usaremos el certificado covid”.

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Hace días que los referentes sanitarios avisan de que la expansión actual del virus requiere medidas. “No tomarlas a corto plazo sería grave”, admite Robert Güerri, jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar. El jefe de Servicio de medicina preventiva y epidemiología del hospital Clínic, Toni Trilla, entiende que el certificado covid es una medida poco invasiva y muy útil: “Permite reducir el riesgo de contagio en la restauración o los grandes eventos deportivos”. La herramienta ya se utiliza en discotecas, festivales musicales y banquetes y celebraciones.

El Govern ha reiterado en las últimas semanas que la herramienta pretende evitar cierres, y su portavoz, Patrícia Plaja, aseguró este martes que la medida “se está estudiando”. “No está previsto que, con carácter inmediato, se implante el certificado covid más allá del ocio nocturno, aunque si hay que tomar nuevas medidas se ampliará en otros ámbitos”, apuntó. La aplicación del certificado requiere del aval del Tribunal Superior de Justicia, y Trilla pide a los jueces comprensión en que la medida pretende “anticiparse a los problemas y no solucionarlos”.

Los empresarios de la restauración ven esta medida como un mal menor. “Lo más importante es mantener la actividad en marcha”, reclama Daniel Brasé, gerente de la Federació Intercomarcal d’Hostaleria, Restauració i Turisme (Fihr), que agrupa a 46 gremios. “Firmamos aplicar el certificado si no nos tocan nada más”.

El sector ya propuso al Govern emplear el pasado mes de enero una aplicación similar al certificado covid para retomar su actividad cuando la mayor parte de la población no estaba vacunada. “Presentamos un registro que determinaba el estado de los usuarios”, recuerda Ramon Solsona, secretario general de la Federación hostelera de Lleida, una de las zonas más castigadas por la pandemia y actualmente la tercera provincia con la incidencia acumulada más alta de España. “La hostelería ha sufrido mucho y usar aquel registro era la mejor opción”. Ahora, con aforos y horarios al máximo, aquella idea vuelve a ser su salvación. “Ante la inminencia de que nos cierren, es la mejor opción”, insiste Solsona. “Garantizamos la mejor seguridad. Y favorecemos que la gente se vacune”.

A ojos de la Confederació Empresarial d’Hostaleria i Restauració de Catalunya, la seguridad en los interiores es clave para mantener la llegada de turistas. “La llegada de extranjeros es mucho mayor ahora que a principios de año”, explica su presidente, Santi Garcia. “Apliquemos el certificado covid si es necesario para mantener las garantías a turistas y consumidores”, insiste. Un portavoz del Gremi de Restauradors de Barcelona entiende, en cambio, que la situación epidemiológica actual aún no requiere estas medidas.

Un 83% de los catalanes mayores de 12 años ya tienen la pauta completa en Cataluña. La cifra, consideran los expertos, garantiza que los locales no pierdan clientes. “Es una medida poco intrusiva porque mucha gente ya está vacunada”, recuerda Trilla. “Solo faltaría hacer un documento especial para los niños [que no se pueden vacunar], que es un 10% de la población, y casi todo el mundo podría entrar con el documento”. El epidemiólogo insiste en que aquellas personas que no quieren inmunizarse también podrían acceder con un test de antígenos o una PCR negativa, como permite el certificado. “De este modo no se está obligando a nadie a vacunarse”, interpreta Güerri, “pero sí garantizamos la seguridad en los interiores”.

Cuestionado sobre la necesidad de implementar el certificado en otros sectores, Güerri diferencia el tipo de actividad. “No es lo mismo estar en un cine o un teatro, donde no se habla ni nadie se quita la mascarilla, que en un restaurante, donde la gente mantiene conversaciones y come sin el cubrebocas”.

La situación epidemiológica sigue empeorando en Cataluña: la velocidad de propagación del virus (Rt) es de 1,56, dos centésimas más que la víspera, y el riesgo de rebrote alcanza los 144 puntos. El aumento de los contagios sobrecarga a la atención primaria, que el lunes atendió a más de 8.200 personas, la mayor cifra desde agosto. En los hospitales los ingresos también aumentan: Salud registra 386 personas hospitalizadas por covid (10 más que el balance anterior), de las que 96 están en las UCI, seis más.


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