Al menos 20 migrantes que trataban de llegar a la costa británica desde la francesa a través del canal de La Mancha han fallecido este miércoles, según han anunciado las autoridades francesas. Se teme que la cifra pueda seguir aumentando, ya que la operación de rescate sigue en marcha. La tragedia, la peor de este tipo registrada en los últimos años en esta zona, es una muestra más del fuerte repunte de este tipo de migración irregular en un año en que se están superando todos los máximos en materia de travesías marítimas en embarcaciones precarias, lo que ha provocado fuertes tensiones entre París y Londres, que se responsabilizan mutuamente de la situación.
“Fuerte emoción ante el drama de numerosos muertos tras volcar una barca de migrantes en [el canal de] La Mancha”, ha tuiteado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que anunció que se desplazaba a Calais para informarse en persona de la situación. “Jamás se dirá lo suficiente el carácter criminal de los traficantes que organizan estas travesías”, agregó. El primer ministro, Jean Castex, lamentó los “numerosos desaparecidos y heridos” en la “tragedia” marítima. Se trata de “víctimas de traficantes criminales que explotan su desesperación y miseria”, subrayó y aseguró que sigue la situación “en tiempo real” desde París, donde permanece aislado tras haber dado positivo por covid-19 esta semana.
Tres embarcaciones y dos helicópteros estaban trabajando en la operación de salvamento, después de que un pesquero avisara a las autoridades de que “numerosos náufragos” habían sido avistados flotando en las aguas del estrecho de Pas-de-Calais, explicó la Prefectura Marítima de La Mancha y el Mar del Norte en un comunicado. Varias personas han podido ser rescatadas, aunque el pronóstico vital de varias de ellas era reservado, agregó.
Pese a que según fuentes de Interior este año se han registrado más de 40.000 intentos de travesías marítimas, frente a los 12.000 de 2020, las muertes por naufragio en el canal de La Mancha son muy raras —al contrario que en el Mediterráneo— debido a la estrecha vigilancia de patrullas tanto francesas como británicas, coinciden tanto las autoridades como las ONG que trabajan sobre el terreno. Las fuerzas del orden francesas han logrado impedir en lo que va de año la salida del 57% de los small boats, las embarcaciones precarias que usan los migrantes para intentar llegar hasta la costa británica, siempre según Interior.
Entre 2018 y 2020 se registraron solo 11 muertes en esta área, el punto más cercano entre la costa europea y la británica, motivo por el cual se multiplican los intentos de llegar a través del mar hasta Reino Unido, sobre todo desde que la fuerte seguridad ha dificultado el tránsito irregular a través del Eurotúnel y en los ferris. El hecho de que cada vez se utilicen embarcaciones más precarias —recientemente la cadena de tiendas deportivas Decathlon prohibió la venta de kayaks en esta región para evitar que estas canoas sean usadas para llegar a Reino Unido— ha hecho saltar las alarmas de todos los responsables en los últimos meses, que se temían una tragedia similar en cualquier momento. En la noche del pasado viernes al sábado, 243 migrantes fueron rescatados por patrullas francesas.
A comienzos de noviembre, casi 1.200 personas lograron cruzar el canal, según denunciaron las autoridades británicas. El récord de travesías irregulares no ha parado de crecer, sobre todo desde el verano.
Tras un nuevo intercambio duro de acusaciones entre París y Londres, que acusa a Francia de no hacer lo suficiente para impedir la salida de migrantes de sus costas, el Gobierno francés ordenó la semana pasada el desmantelamiento en Grande-Synthe, entre Calais y Dunkerque, del mayor campamento de migrantes irregulares de los últimos años, lo que supuso el desplazamiento de más de mil personas. Además, las autoridades anunciaron la detención de 35 sospechosos de tráfico de personas o implicadas en actos delictivos. En total, en lo que va de 2021, Francia dice haber desmantelado 30 redes de traficantes, frente a 23 en 2020.
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