Mitigada la crisis migratoria provocada por Minsk con Polonia, el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, ha echado ahora más gasolina al fuego en la tensión que vive Ucrania con Rusia. “Si vuelven [los países occidentales] a desatar una guerra en Donbás o en otro lugar de la frontera con Rusia, Bielorrusia no se quedará al margen, y está claro de qué lado estará”, ha advertido el mandatario en una reunión sobre seguridad del Ministerio de Defensa. “Ellos lo entienden, y por eso comenzaron a reforzar la frontera ucranio-bielorrusa a pesar de que no hay hechos, de que no hay razones para ello”, dijo el dirigente ante su alto mando.
La advertencia de Lukashenko ha coincidido con el anuncio de nuevas maniobras conjuntas de las fuerzas armadas de Bielorrusia y Rusia en el borde con Ucrania a partir del 1 de diciembre. “Los países vecinos se están militarizando y esto nos preocupa, por lo que nos vemos obligados a planificar medidas de respuesta”, afirmó el ministro de Defensa bielorruso, Víktor Jrenin, que recalcó que todas sus tropas “se encuentran en puntos de despliegue permanente”. “Nuestro comandante en jefe dio una orden clara: para cada acción inadecuada suya tendremos un plan, y en caso de necesidad actuaremos según este plan”, agregó el militar. Según Lukashenko, Kiev “está desplegando un contingente militar allí, y habla con franqueza de ello. Son unos 8.000 (soldados) en esta fase”.
La tensión entre Ucrania y Rusia se reavivó este mes tras la escalada vivida en primavera, atemperada temporalmente tras la cumbre del 15 de junio en Ginebra de los presidentes de EE. UU. y Rusia, Joe Biden y Vladímir Putin. Unos informes de la inteligencia estadounidense revelados por la agencia Bloomberg apuntaban a unos supuestos planes de invasión rusos por tres frentes: su propia frontera este, por Crimea y por la zona norte que linda con Bielorrusia. Según los datos de la OTAN, Rusia había movilizado unos 114.000 militares, blindados y artillería.
El jefe de la inteligencia militar ucrania, Kirill Budanov, llegó a asegurar que la ofensiva tendría lugar a inicios de 2022. Sin embargo, el Consejo de Seguridad y Defensa desmintió esta aseveración días después. “Analizamos todo. No hay novedades, no vemos las amenazas de las que habla Budanov”, afirmó el secretario del organismo, Oleksiy Danílov. “Siempre habrá amenaza mientras exista Rusia. El discurso iba de una invasión directa, y para una invasión directa tienen que pasar ciertas cosas, y no están ocurriendo hoy”, añadió.
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