Uno de los “dinosaurios” de la profesión, de los grandes profesionales que ya no quedan, un hombre de inmensa cultura histórica y literaria fruto de un tiempo pasado que ya no existe. Así define el diario francés Le Figaro a Jean-Marie Rossi, célebre anticuario francés, que falleció en París el domingo 5 de diciembre, a los 91 años. Rossi era un personaje muy popular en el país galo, pero también lo fue en España. Aunque en este caso no tanto por su faceta profesional, sino por ser durante más de una década el marido de Carmen Martínez-Bordiú (de ahora 70 años), nieta de Franco y uno de los rostros más populares del mundo del corazón.
Rossi es aclamado en los obituarios que celebran y recuerdan su vida como uno de los grandes hombres del arte parisino, destacando la labor que hacía en su galería de la plaza Beauvau. “Permanecerá como uno de los mejores, los más conocedores, los más atípicos de su época”, se dice sobre él. De hecho, Le Figaro asegura que era mucho más que un simple comerciante, y le califican como un hombre “inclasificable por sus conocimientos y por la forma tan poco convencional en la que practicaba su profesión”. “Mi padre nunca hizo las cosas como todo el mundo, ha inventado su propia manera de hacerlas”, ha dicho de él su hija mayor, Marella, en el rotativo francés. “Fue alguien extraordinario que entró en el arte como un tsunami, dándole la vuelta a las reglas, en su vida privada y profesional. Estuvo en todas las fiestas, fue amigo de todos sus clientes, que confiaban en él con los ojos cerrados”.
Rossi había alcanzado los 91 años pocos días atrás, el 18 de noviembre, y según la publicación ha fallecido “en paz”. De padre italiano, la prensa francesa le recuerda como “un coloso” (medía 1,94 metros) de lengua mordaz, siempre repleto de exactas referencias históricas, “con la fuerza persuasiva y la astucia de un seductor, lleno de humor” y “siempre elegante”.
En España, Rossi se hizo popular en los años ochenta. Conoció a Carmen Martínez-Bordiú a principios de esa década, cuando ella estaba casada con Alfonso de Borbón, el duque de Cádiz, quien era su primer marido y padre de Francisco y Luis Alfonso, sus dos hijos. La pareja se separó en 1982 y poco después Martínez-Bordiú se fue a vivir a París con Rossi, con quien se casó en Francia, en Rueil-Malmaison, en diciembre de 1984, en una unión civil.
Carmen Marínez Bordiú con Benjamin Rouget y Cynthia Rossi durante la comunión de su nieta, Eugenia de Borbón en abril de 2016, en Madrid.
La pareja permaneció casada más de 10 años, hasta 1995, y en esos tiempos vivieron juntos graves reveses. Pocos meses antes de contraer matrimonio, en febrero de 1984, fallecía el hijo mayor de Martínez-Bordiú, Francisco, de solo 11 años. El coche en el que viajaba con su padre, el duque de Cádiz (que lo conducía), con su hermano Luis Alfonso y con su niñera chocó contra un camión en Navarra y el pequeño falleció poco después del siniestro. Además, ese mismo mes de agosto de 1984 la tragedia volvió a golpear a la pareja. Mathilda, hija de Rossi, fallecía con apenas 13 años a causa de un accidente con la hélice de un barco durante unas vacaciones en Bahamas.
“Jean-Marie me descubrió el arte y me enseñó a ser mujer”, llegó a decir de él Martínez-Bordiú en una entrevista con Bertín Osborne. La pareja tuvo junta una hija, nacida en abril de 1985 y llamada Cynthia. Tras la separación del matrimonio en 1995, la niña se fue a vivir a París con su padre y con su hermana Marella, hija de un anterior matrimonio del anticuario (con Barbara Hottinger) y una década mayor que ella. Aunque estudió Derecho y Criminología, se dedica a la pintura. Está casada desde hace cinco años y tiene un hijo. Por su parte, Jean-Marie Rossi se volvió a casar; de hecho, tuvo un total de cuatro esposas y seguía unido a la última, Marie Grimaux.
Source link