Los smartphones, como habitualmente llamamos a los teléfonos móviles inteligentes, se han convertido desde hace tiempo en parte de nuestras vidas. Hoy nos resultaría por demás difícil imaginarnos realizando algunas de las actividades diarias sin poder disponer de ellos para resolverlas.
Sin embargo, eso no quiere decir que sepamos cómo es el funcionamiento de los teléfonos móviles inteligentes, y por esa razón es que, en las siguientes líneas, intentaremos repasarlo brevemente.
Antes que nada, conviene aclarar que los teléfonos inteligentes representan una segunda generación de la telefonía móvil, desde que estos dispositivos actúan más como ordenadores de bolsillo, que como simples equipos para permitirnos establecer llamadas con nuestros conocidos.
Miles de funciones
Un smartphone en la actualidad es lo más cercano a un asistente personal, desde el cual vamos a poder asistir a videollamadas, completar labores propias de nuestro campo de trabajo, divertirnos disfrutando de videojuegos, y hasta gestionando los otros aparatos inteligentes que haya en casa.
Su origen
El origen de los smartphones como los concebimos ahora mismo está en las PDA, entre las cuales la Palm fue la que adquirió mayor fama, al contener soporte para formatos de oficina como Word o Excel. Tiempo más tarde, Blackberry introdujo los primeros sistemas operativos móviles.
Sin embargo, no sería sino hasta la irrupción del primer iPhone de la historia que tendríamos un acercamiento definitivo a las posibilidades de uso que nos dan los smartphones, iniciándose la guerra que mantienen hoy Apple y Google, con sus infinitos fabricantes de Android.
Funcionamiento de los teléfonos inteligentes
Un teléfono inteligente a estas alturas funciona a partir de un ecosistema operativo, a través del cual se ejecutan las distintas aplicaciones, que desarrolladores lanzan al mercado intentando colmar las necesidades de productividad, entretenimiento y comunicación, según sea el caso.
Con la consecuente mejora en cada una de las piezas de hardware que incorporan los smartphones, esos desarrolladores pueden ir optimizando las apps para que solucionen cada vez más cuestiones, al punto de haber reemplazado, gracias a ellas, casi cualquier elemento de escritorio antiguo.
Pero, por otro lado, sería imposible comprender el papel preponderante de los smartphones sin tener en cuenta hasta dónde han evolucionado las redes, tanto hogareñas como móviles, que son las que nos mantienen conectados casi en cualquier parte, accediendo a nuestros contenidos preferidos.
En este sentido, el comienzo del despliegue de las redes 5G en buena parte del mundo, augura un futuro cercano en el que los móviles sean aún más importantes, si es que ello es posible.
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