Aunque ahora ya prohibidas en su uso de plástico pero no en otros materiales más sostenibles, las pajitas fueron la salvación de los hospitales durante años y realmente estuvieron presentes antes ahí que en bares o restaurantes. Te contamos por qué.
Estas pajitas, que han formado parte de nuestra vida en infinidad de ocasiones, ofrecen comodidad especialmente para los más pequeños de la casa.
Las pajitas no fueron de plástico en un inicio, si no de otros materiales. Y fueron ideadas por Marvin Stone a finales del siglo XIX al menos en su versión desechable. Pues en 1906 el proceso se mecanizó con la primera máquina que enrollaba el papel. A partir de entonces, su uso se extendió rápidamente.
Ahora bien, ello podría tener diversos orígenes, pues tal como establece BBVA en un artículo, los sumerios y babilonios empleaban pajitas no por moda o capricho, sino para degustar su densa cerveza sin tragarse los posos ni los tropezones de la espuma. Así que empezaron a fabricarse en serie hace 130 años.
Hay más, porque quizás Stone no fue el que creó este artículo, ya que, en 1870 Eugene Chapin patentaba un “tubo de beber para inválidos”, flexible y que se fijaba al vaso mediante una pinza.
Luego fue William Henry Brown, el que inventó un utensilio para mezclar y beber líquidos.
Sea como sea, a partir de estos años, las pajitas fueron la salvación de los hospitales, ya que los enfermos entonces no tenían que hacer el esfuerzo de incorporarse o bien de levantar la cabeza a la hora de beber agua de un vaso.
Es por esto que se convirtió en un objeto clave en estos lugares para una mayor comodidad de los que necesitaban beber pero estaban algo impedidos. Y la cosa se ha extendido hasta nuestros días, por lo que es un producto clave.
Con la reducción de estas a causa del plástico, desconocemos cuáles son ahora las soluciones para hacer frente a estas acciones. Si bien se han prohibido las de plástico pero no las que se realizan con materiales que no dañan el medio ambiente.
Quizás es momento de volver a los orígenes de nuevo, y de emplear entonces los materiales que se usaban entonces cuando se inventó este artilugio que realmente tiene una importante función, más allá de beber un cóctel o de que los niños puedan beber adecuadamente.
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