La extraña razón por la que en algunos relojes el número 4 se escribe IIII y no IV

Si nos fijamos en algunos de los relojes más emblemáticos de nuestro país, como el de la fachada de la Diputación Provincial de Zaragoza o el de la Puerta del Sol de Madrid, podemos observar que no marcan las 4 como IV sino como IIII.

Según la numeración romana, la cifra I colocada delante de la V le resta una unidad. Por lo tanto, el número cuatro es IV. Entonces, ¿por qué algunos relojes en lugar de la fórmula de IV incluyen IIII? Existen diferentes teorías al respecto.

Simetría

Según el Instituto Británico de Relojería, el cambio de IIII en lugar de IV se hace por una cuestión de simetría. Al usar cuatro caracteres (IIII), se repite el patrón de la parte izquierda del reloj, que coincide con el ocho (VIII) en números romanos. De esta manera, la esfera queda mucho más armónica.

Carlos V de Francia

El rey Carlos V de Francia, en el siglo XVI, se enfrentó a un relojero de la época por haber colocado el IV en el reloj de una torre. El artesano le dijo que era la forma correcta de escribir el 4 en números romanos, pero el monarca negó que así fuera. Ningún relojero quiso llevar la contraria al rey, así que usaron el IIII en todos los relojes.

Dios de la Antigua Roma

Otra teoría, reflejada en el libro de Carlo Frabetti »Malditas Matemáticas. Alicia en el país de los números’, señala que IV son las iniciales en latín de IVPITER, el dios más importante de la Antigua Roma, así que no tenía sentido utilizar estos caracteres para el número 4.

Curiosidades de los relojes

Siempre ha existido la medición del tiempo, pero hace varios miles de años sólo se diferenciaba el día y la noche, así que el cielo era el «reloj» de la época.

El primer reloj se inventó en el Antiguo Egipto. Los egipcios crearon el reloj de sol y el reloj de agua. Durante el día, el reloj de sol medía el tiempo a través de las sombras de una aguja. Cuando se hacía de noche, el reloj de agua lo hacía al vaciarse el agua que caía.

En China se inventó el reloj de arena. Funcionaba de una forma muy similar al reloj de agua, solo que en lugar de agua caía arena. La gran ventaja que ofrecía es que no se veía afectado por el frío.

¡Ahora ya sabes la razón por la que algunos relojes marcan el número 4 como IIII!


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