Ahora mismo lo más práctico sería confinar a la gente sana, como dice el cómico Luis Piedrahita. La minoría guiando al pueblo de Ómicron. La Navidad está dejando unas estampas tremendas. Hay casas ―y casos― donde los no contagiados se están aislando voluntariamente en una habitación para que los padres y hermanos infectados compartan el hogar con el bicho dentro del cuerpo. El giro pandémico de la sexta temporada. No está mal tampoco. Conviene recordar también que la libertad en Madrid está llegando a unos niveles donde, si ahora mismo no tienes colegas con síntomas, lo mismo es que no tienes amigos. Las medidas tomadas son ejemplares: no a las macrofiestas del 31 de diciembre, pero sí a las del 1 y el 2 de enero. Año nuevo, contagios nuevos. La autogestión de Ayuso, vaya: solo ves a un médico de familia, si es de la tuya. Menos mal que ya falta menos para que aparezca otra variante. En la nueva era no se puede acostumbrar uno a nada.
La memoria está rebrotando sutilmente en la red del pajarito. Hay un tuit curioso que estos últimos días ha tomado vida poco a poco, de nuevo. Resulta que el bicho se coló por el Twitter español el 31 de diciembre de 2019 a las 10:05 de la mañana. Fue un mensaje de Zigor Aldama, periodista y corresponsal en Asia durante diez años para distintos medios: “Se ha detectado un brote de neumonía atípica en la ciudad china de Wuhan y la gente está comenzando a preocuparse”. Así empezó todo. Qué tiempos. “Hay tiempo de comer, hay tiempo de comer sin problema”, ha contestado ahora un usuario rememorando aquel reciente vídeo viral de una pareja comiendo frente al volcán de La Palma… segundos después de su primera erupción. Más respuestas: “¿Puede ser el tuit que mejor ha envejecido de la historia?”. “¿Alguien sabe qué fue de esto?”. Sí.
Aquí el quid de la cuestión. La incidencia acumulada ha entrado en nuestros hogares como nuestra prima de riesgo, que se lo digan a Paz Padilla, a María del Monte y a Anne Igartiburu. Este es, probablemente, el mejor vídeo de 2021. Acumula ya casi cuatro millones de visualizaciones. Las tres hicieron una videollamada navideña conjunta de varios minutos, pero el de oro es de oro y solo dura uno. En un momento dado, Del Monte, curiosa, pregunta a Padilla una duda típica acorde con los tiempos: “¿Tú tienes las dos vacunas?”. La presentadora de Telecinco contestó con todo de manera muy científica: “Las vacunas no sirven para nada”, observó Padilla. “La vacuna es una proteína donde te meten la spaider, que es una vacuna por donde te entra el virus”. De fondo, Igartiburu, que estaba a pocas horas de dar las campanadas, asentía con la cabeza como diciendo “madre mía, corazones, lo que está pasando aquí”. Padilla, ajena, seguía con su tesis: “Las vacunas [que tenemos] son las del bicho de Luján y ahora el bicho ha mutado. Ahora tenemos la [variante] oritrón”. Todo esto es con tono serio, por favor.
Al escuchar lo de la variante oritrón, lógicamente Igartiburu tomó la palabra: “Claro”, dijo. Y Padilla continuó porque no había freno posible: “El problema es que el bicho oritrón ha mutado y ya es como si no entrara por la puerta, sino por la ventana. Y a ti te ponen la vacuna spaider, que es la de la puerta, con lo cual ya no sirve”. Igartiburu se puso la mano en la cabeza porque la explicación científica requería un gráfico y la videollamada no lo permitía. Del Monte, mientras tanto, hacía círculos con sus pupilas, pero entendiendo el teorema Padilla a la perfección. “Vamos, que cualquier variante te puede pilllar”, dijo. El vídeo, finalmente, termina así: “Lo bueno es que ya parece el final del Covid”. Lo malo es que las tres cuentan con cientos de miles de seguidores en sus redes sociales y quizá alguien se lo pueda tomar en serio.