Dos periodistas haitianos fueron asesinados este jueves por una pandilla de la periferia de la capital Puerto Príncipe, informó la emisora de radio en la que trabajaban los informadores. Wilguens Louissaint y Amady John Wesley fueron tiroteados y un tercer periodista que los acompañaba logró escapar, aseguró la radioemisora Radio Ecoute FM a AFP.
Los homicidios ocurrieron en Laboule 12, uno de los barrios ricos en Puerto Príncipe, y en medio de las luchas internar entre las bandas criminales en Haití. Los periodistas informaban de estos enfrentamientos por intentar hacerse del control de la zona. Una ruta que atraviesa Laboule 12 es la única alternativa para llegar a la mitad sur del país que está controlada por una de las pandillas con más poder en la isla.
Hace seis meses, el presidente Jovenel Moïse fue asesinado en su residencia privada de la capital, sumiendo a Haití en una crisis política aún más profunda y empeorando la situación de seguridad que sus habitantes deben afrontar a diario.
El país registró al menos 950 secuestros en 2021, según el Centro para Análisis e Investigación de los Derechos Humanos. Menos equipada y enfrentando a grupos criminales que poseen fuertes arsenales, la policía de Haití no ha intentado organizar ningún operativo a gran escala contra las pandillas desde marzo de 2021. El 12 de marzo cuatro policías fueron muertos al intentar una operación en un barrio de Puerto Principio utilizado por una banda para esconder a sus secuestrados.
La impunidad de las pandillas muestras las debilidades del sistema de justicia penal de Haití, donde las investigaciones rara vez tienen éxito. El asesinato en abril de 2000 del periodista Jean Dominique, el reportero más famoso de la isla en ese momento, sigue sin resolverse. En junio de 2021, el periodista Diego Charles fue asesinado, junto con un activista político de la oposición y otras 13 personas. Los responsables no han sido identificados por las autoridades.
El fotoperiodista Vladjimir Legagneur nunca regresó de un viaje que emprendió en marzo de 2018 para hacer un reportaje en el barrio Martissant, ahora totalmente controlado por pandillas. La policía aún no reveló los resultados de una prueba de ADN que dijeron que realizaría en un cuerpo encontrado pocos días después de su desaparición.
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