Las expectativas sobre las conversaciones mantenidas este lunes en Ginebra (Suiza) entre Washington y Moscú eran poco optimistas por ambas partes y nada de lo ocurrido en la cita alteró el guion. La presión militar de Rusia en la frontera con Ucrania, casi ocho años después de la anexión de Crimea, ha desatado los temores tanto en Estados Unidos como en Europa, y el encuentro no ha rebajado la tensión. La delegación del Kremlin prometió que no planea intervenir en la antigua república soviética, pero también advirtió a la Administración estadounidense, en tono amenazante, de que no buscar un acercamiento a Rusia, que pasa por reducir la presencia de la OTAN en el este de Europa, supone “un gran error en perjuicio de la seguridad europea”, en palabras del jefe de la delegación rusa, Serguéi Riabkov.
El Gobierno de Joe Biden se presentó en la reunión con una oferta para negociar sobre el despliegue de misiles y el alcance de los ejercicios militares en Europa, además de con la advertencia de fuertes sanciones económicas, que irán “mucho más allá” de las aplicadas por la anexión de Crimea en 2014, si el presidente ruso, Vladímir Putin, lanza una intervención en Ucrania. La subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, explicó tras el encuentro que la peticiones planteadas por Rusia en un documento hace semanas “son lo contrario a puntos de partida” y que así se lo había hecho saber a su contraparte. El Kremlin reclama garantías legales de que la OTAN no se reforzará en las fronteras europeas de Rusia, sobre todo en la de Ucrania, y de que la Alianza Atlántica asuma, además, “la obligación de impedir una ampliación de la OTAN a otros Estados [de Europa del este, el Cáucaso o Asia central], incluida la adhesión de Ucrania”.
El diplomático ruso hizo unas declaraciones en tono muy duro. “Si esto no sucede [las concesiones occidentales a Moscú], entonces la cuestión será analizada teniendo en cuenta todos los sectores”, dijo Riabkov, que lanzó a continuación la siguiente reflexión: “Sin anticipar nada, sin adelantarme a los eventos, puedo decir que realmente no me gustaría enfrentarme a una situación en la que los países de la OTAN, liderados por Estados Unidos, cometan tal error y vuelvan a actuar en detrimento tanto de su propia seguridad como la de todo el continente europeo”.
Ningún país, respondió Sherman este lunes, “dictará la política exterior de otro”, ni puede prohibirle “tejer alianzas”. La subsecretaria de Estado lamentó que Rusia no haya dado ningún paso para frenar la escalada de tensión, una “desescalada”, dijo, que pasa por retirar a “todos los soldados” concentrados en la frontera y devolverlos a “a sus cuarteles”. “Hemos dejado claro que si Rusia invade Ucrania habrá costes significativos y consecuencias que irán más allá de lo que afrontaron en 2014″, señaló Sherman. Entre las penalizaciones que Estados Unidos estudia con sus aliados figuran las sanciones financieras, los controles a las exportaciones de industrias clave, el refuerzo de las posiciones de la OTAN en territorio aliado y un aumento del apoyo en materia de seguridad para Ucrania.
La subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, y el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, este lunes en Ginebra.DENIS BALIBOUSE (REUTERS)
La nota más positiva de la ronda de reuniones de este lunes, que se prolongó durante ocho horas, es que la vía diplomática no está muerta y que ambos Gobiernos quieren seguir hablando. No participó ninguna autoridad europea en el encuentro, pese a que sus resultados afectan directamente al Viejo Continente, si bien Washington no deja de insistir en que cualquier decisión o medida relativa a esta crisis se adoptará de forma coordinada con los aliados europeos. Las conversaciones continuarán a nivel multilateral, de hecho, a lo largo de la semana. El miércoles se reunirá el Consejo OTAN-Rusia en Bruselas y el jueves está prevista una sesión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena. Aun así, el diplomático ruso advirtió de que el éxito o fracaso de las negociaciones no serán una cuestión de meses sino de días.
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“La posición de Rusia es dura, no un ultimátum”, añadió Riabkov. Rusia quiere que la OTAN vuelva a sus límites de 1997 y renuncie a los miembros que se unieron posteriormente. Aquel año, el entonces secretario general, Javier Solana, y el ministro de Exteriores ruso, Yevgueni Primakov, firmaron el Acta Fundacional de Cooperación Mutua, que permitía la ampliación de la OTAN sin conflictos. Tras ello llegó la adhesión de todo el espacio actual al este de Alemania, incluidos Polonia, Rumania y los países bálticos.
Riabkov señaló que no hay motivos para que Estados Unidos tema una escalada en torno a Ucrania, junto a cuyas fronteras Rusia desplegó más de 100.000 soldados en los últimos meses del pasado año. “No tenemos intención de invadir Ucrania”, afirmó el alto cargo.
En Kiev ven con preocupación el futuro tras las negociaciones. El ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, quiso “llamar a las cosas por su nombre” en Twitter unas horas antes del encuentro. “Putin exige a Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea que acepte la esfera de influencia de Rusia sobre los Estados vecinos. Pero la Guerra Fría ha terminado y con ella las esferas de influencia”, señaló el jefe de la diplomacia ucrania.
Let’s call a spade a spade. Putin demands the U.S., NATO & the EU to accept Russia’s sphere of influence over sovereign neighboring states. But the Cold War is over, and so are spheres of influence. Putin’s demands are illegitimate and harmful to international peace and security.
— Dmytro Kuleba (@DmytroKuleba) January 9, 2022
Andriy Zagorodnyuk, ministro de Defensa de Ucrania entre 2019 y 2020 y actualmente asesor del presidente, Volodímir Zelenski, dijo a EL PAÍS por Skype que cualquier concesión de Washington “solo hará que la situación empeore y las líneas rojas vayan más lejos”. “Sería un gran error ceder ante Rusia justo ahora porque sería visto como una señal de debilidad de Estados Unidos”, afirmó Zagorodnyuk, que preside además el Centro para las Estrategias de Defensa.
“Es ridículo y no tiene ningún sentido que la OTAN vuelva a su posición de 1997. Los rusos hacen demandas irreales conscientemente. La cuestión es qué pasará después, cuando Europa diga ‘no, no aceptamos sus demandas”, agregó Zagorodnyuk. Según el asesor del presidente ucranio, “la guerra está igual de lejos o cerca que hace un mes”. “Ahora no tienen suficientes tropas desplegadas para ello. Podrían realizar operaciones limitadas, pero para sostener una guerra abierta necesitan más soldados. Pero si las negociaciones no logran un avance, y existe una gran posibilidad de ello, desplegarán más”, advirtió Zagorodnyuk.
La reunión de este lunes se enmarca en la ronda de conversaciones del foro Diálogo de Seguridad Estratégica que Biden y Putin decidieron poner en marcha en la cumbre que ambos mantuvieron el pasado junio, también en Ginebra. Este canal abierto aborda también otros asuntos como el armamento nuclear, pero la crisis ucrania emerge como el problema más urgente.
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