El pasado 5 de enero entró en vigor la normativa por la que los animales han dejado de considerarse “bienes inmuebles o cosas” para pasar a ser reconocidos como “seres sintientes”. Pero antes de la nueva ley, las mascotas ya eran un miembro más de la familia en muchos hogares y, como tal, cada vez están más presentes en los planes de conciliación de las empresas.
El plan Alares 360º, por ejemplo, está ideado para dar cobertura a empleados, cónyuges, hijos menores de 30 años, padres, suegros… y también a sus mascotas. “Nos dimos cuenta de las necesidades de conciliación que tienen en general las personas independientemente de su modelo de vida o su diversidad. No olvidemos que en España hay más del doble de mascotas que niños menores de 14 años”, explica el director ejecutivo de la compañía, Eduardo Martín.
Los datos de su observatorio indican que al 52% de los trabajadores les gustaría que su empresa tuviera en cuenta la conciliación con sus mascotas. Para ponérselo más fácil, el plan Alares incluye consultas telefónicas gratuitas a veterinarios, a abogados para recibir asesoramiento sobre temas como el seguro de responsabilidad civil y, el servicio más demandado, miAsistente: “Se trata de un asistente personal que, en el caso de las mascotas, ayuda a los empleados de las compañías que contratan este plan a buscar la mejor opción para comprar comida, camas, juguetes y todo lo que vaya a necesitar su animal”, indica Martín. Entre las empresas que ya lo han hecho están Deoleo, Diageo, SaarGummi o Ecolab.
Un gato se asoma a una videollamada. Getty Images
La compañía especializada en alquiler de oficinas Adventum reconoce que cada vez se demandan más espacios de trabajo en los que sea posible llevar a las mascotas. “Para muchas personas, el hecho de tener a su mascota cerca incrementa su productividad al tiempo que les dota de serenidad y concentración en la tarea”, advierte en su página web. Así, la empresa explica que en los edificios mixtos de oficinas (aquellos en los que conviven espacios de trabajo y residencial), llevar a la mascota no es un inconveniente salvo que el contrato de arrendamiento de la oficina especifique lo contrario. Sin embargo, en los edificios exclusivos de oficinas, sobre todo aquellos que tienen control de accesos, depende de lo que se disponga en la normativa del edificio y, en ausencia de disposición específica, será necesario solicitar la correspondiente autorización al propietario.
En cualquier caso, es importante que las normas estén claras. Además, existen alternativas para los dueños que no pueden ir acompañados de sus animales al trabajo, como la guardería canina El Cascarín, del centro Las Almenas, donde, según el fundador, Iván Merás, cada vez hay más solicitudes. “Está pensada para conciliar el trabajo y que la gente, si está muchas horas fuera de casa, nos pueda dejar el perro unas horas para que no esté todo el día solo”.
Gracias al teletrabajo, además, muchos empleados han tenido que instalar la oficina en su propia casa y han descubierto los beneficios de pasar la jornada laboral junto a sus mascotas. Ayudar a relajarse, facilitar los descansos, fomentar el ejercicio o ahorrar dinero son algunos de los que cita Las Almenas. “Está estudiado que acariciar a tu perro te quita el estrés y es muy beneficioso”, admite Merás.
Por eso, cada vez son más los que se suman a iniciativas como la de Pets at Work Alliance de Nestlé Purina. La alianza, sin ánimo de lucro, cuenta con una red de oficinas pet friendly en toda Europa que varían en tamaño, número de empleados, arquitectura y cultura de trabajo. De este modo, pretenden promover que las mascotas, lejos de molestar a los trabajadores, les apaciguan.
¿Y las personas solteras?
Mayoría. Además de demandar más ayuda para compaginar la vida laboral con sus mascotas, el 78% de los encuestados por el Observatorio Alares cree que no se tienen en cuenta las necesidades de conciliación de las personas solteras.
Sesgos. Una de las conclusiones, según su portavoz, Eduardo Martín, es que el estado civil ha influido siempre en la inclusión de determinados colectivos: “Se manifiesta en el incremento de horas extras y cargas de trabajo, en una menor predisposición a la hora de asignar vacaciones a personas que no tienen que coordinarlas con su pareja o en una menor flexibilidad al conceder días libres o asuntos propios a las personas que no están casadas. Muchos de estos estereotipos se unen al género, siendo una doble discriminación la que sufren las mujeres”.
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