El mundo de los inventos siempre se ha caracterizado por ser un mundo muy abierto y en el que podemos encontrar casi todo. Si hay algo que no esté inventado ya es extraño, o no sirve para nada. Aunque la serie que os vamos a presentar a continuación, no destaca por el ingenio de sus creadores, más bien podrían ser inventos que en la mente de su creador parecían geniales y luego se quedaron en un mero chiste.
Gracias a la imaginación humana hemos podido descubrir que los inventores no tienen límite, y algunos inventos muy locos lograron ser un auténtico éxito de ventas en su época. No fue el caso de estos de los que vamos a hablar, ya que, a pesar de ser ingeniosos, no eran en la práctica muy recomendables.
Máquina para afeitar en grupo
La máquina de afeitar en grupo parecía que sería el invento del siglo, sobre todo para aquellos barberos que quisieran aligerar trabajo en sus barberías. Esta máquina, inventada en el siglo XIX prometía afeitar a la vez a una docena de clientes, aunque el resultado no lo prometían muy esperanzador, a juzgar por las caras de los clientes.
Lógicamente, el inventor de este «revolucionario» artilugio no contó con algunas claves para que el afeitado fuera perfecto. Por ejemplo, la máquina, como era lógico en la época, no se adaptaba a la cara del cliente, desarrollando un afeitado igual para todos, con lo que eso podría conllevar de cortes por toda la cara.
No se sabe mucho del éxito que pudo tener este invento, aunque se sabe que la inventó y la comercializó D Merry and Son, en Birmingham.
En la imagen, el humorista británico Eric Sykes hizo una recreación de la máquina de afeitado en grupo para uno de sus famosos sketches de la época. La serie nunca de Sykes se centraba en inventos divertidos, pero jamás llegó a emitirse en televisión.
Fumar en pareja
El creador de este maravilloso invento para compartir con tu pareja el humo del tabaco, también es desconocido, será por el poco éxito que tuvo. La fotografía data de 1955 cuando los modelos Frances Richards y Earl Jones fueron contratados para comercializar este tubo para compartir tabaco.
El invento consistía en una boquilla doble hecha de plástico que conectaba al final con un cigarrillo. Quizás fue el inicio de las conocidas cachimbas.
Invento para crear hoyuelos
A principios del siglo XX los inventos para la belleza se pusieron muy de moda. En 1936 Isabella Gilbert prometía con este curioso y antiestético, artilugio crear hoyuelos reales con tan solo utilizarlo cinco minutos al día, dos o tres veces.
Pero en 1947 la Asociación Médica de los Estados Unidos denunció a su creadora porque, no solo este invento no creaba los prometidos hoyuelos, sino que por su uso prolongado, podría desarrollar cáncer en las personas que lo utilizaran. Un motivo más que suficiente para que el invento de Gilbert cayera en desgracia.
Zapatos con paraguas
¿Quién no ha pensado alguna vez en no tener que mancharse los zapatos nuevos en un día de lluvia? Eso debieron pensar los inventores de los paraguas para zapatos. Se desconoce su origen, aunque vienen de Asia, como la mayoría de inventos más divertidos e inusuales de los últimos años.
Estos paraguas servían para que nuestro zapato nuevo llegara impoluto a cualquier lugar. Lo que no advertían es que lo mismo andar no era muy cómodo.
Papel higiénico portátil
Navegando entre inventos asiáticos, más concretamente japoneses, encontramos mucha variedad. Uno de los que más llama la atención es este soporte para llevar el papel higiénico siempre cerca. Práctico aunque algo antiestético, quizás por eso no ha llegado a funcionar.
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