Luis Tudanca, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez en un acto este jueves en Burgos.Santi Otero (EFE)
Los líderes nacionales se vuelcan con sus partidos en la recta final de la campaña en Castilla y León. A tan solo tres días de los comicios, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, arropó este jueves por primera vez al candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Junta, Pablo Fernández, en un acto celebrado en Castronuño (Valladolid), un municipio de tan solo 825 habitantes, gobernado por IU y de tradición comunista. También Pedro Sánchez modificó su agenda para acompañar al socialista Luis Tudanca junto a José Luis Rodríguez Zapatero en Burgos, mientras Mariano Rajoy intervino junto al candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco.
La mejor demostración del ánimo al alza en el PSOE es el aumento de la participación del presidente en los últimos días. “Luis empezó la campaña hablando de Castilla y León y la va a terminar hablando de Castilla y León. El PP empezó la campaña hablando de Sánchez y la acaba hablando de Vox. Se respira el cambio el 13 de febrero”, afirmó el dirigente en el mitin.
Sánchez habrá tenido al final de la campaña cinco actos, incluidos los de esta semana el miércoles en Soria y el cierre en Valladolid. A diferencia de las elecciones de Madrid, en las que redujo su presencia a solo tres intervenciones, la actividad del presidente se asemeja a la que mantuvo en la campaña de las elecciones catalanas, en las que el PSC, con Salvador Illa como cabeza de lista, se impuso a ERC. “Convocaron estas elecciones para ganar por goleada”, afirmó Zapatero, “y llevan días pidiendo la hora. Las convocaron por intereses ajenos a Castilla y León y la gente les ha calado”.
“Lo que nos jugamos”, reivindicó por la mañana Díaz, “es un Gobierno de progreso, una coalición estable como la que representa el Gobierno de España”. “No hay mayor inestabilidad que las coaliciones de la derecha. Todas son un fracaso”, añadió durante un acto de campaña celebrado en un anfiteatro abarrotado con vistas al Duero.
A diferencia de Sánchez, la vicepresidenta se había mantenido hasta este jueves alejada de la campaña. Las negociaciones para la votación de la reforma laboral en el Congreso acapararon en las últimas semanas toda su atención e inmediatamente después de lograr la aprobación, priorizó la convocatoria de la mesa del diálogo social para la subida del salario mínimo, pactada el miércoles con los sindicatos. “Estos días no he podido venir. Creo que ya saben ustedes por qué”, se disculpó. Al margen de sus obligaciones en el Ministerio de Trabajo, la política gallega lleva meses marcando distancias con Podemos. El mismo día que se anunció la convocatoria electoral, se apresuró a diferenciar su futuro proyecto político de cualquier candidatura en la comunidad, por mucho que en estos comicios el partido de Ione Belarra —quien acudirá en total cinco veces a Castilla y León esta campaña— se presente por primera vez con IU.
Los populares, por su parte, no se recuperan del abatimiento en el que se han ido instalando conforme transcurría la campaña por el ascenso de Vox que pronostican las encuestas. “El lunes va a haber dimisiones en el PP”, pronosticó el candidato de Cs, Francisco Igea.
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El presidente de la Junta no descartó este jueves un pacto con la ultraderecha: “Habrá que hablar con todos y ver qué posibilidades hay”. Alfonso Fernández Mañueco compartió en León el único mitin de campaña con Mariano Rajoy. “El PP es un partido moderado”, subrayó el expresidente. “El único que está en condiciones de gobernar en Castilla y León. La gente está harta de los extremistas, de los radicales, de la polarización y la bronca. La gente quiere un Gobierno que se tome las cosas en serio”, añadió.
Con información de Elsa García de Blas.
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