Hace casi 12 años, en junio de 2010, Estocolmo se vestía de gala para festejar el triunfo del amor, y sobre todo de la voluntad, de su princesa heredera, Victoria. Tras ocho años de tiras y aflojas, la joven, de entonces 32 años, lograba casarse con quien había sido su pareja durante casi una década, su entrenador personal, a pesar de las reticencias iniciales de su padre, el rey Carlos Gustavo.
En esta década larga desde su matrimonio, la pareja se ha consolidado con años de estabilidad y con los nacimientos de sus dos hijos: Estela, la heredera de la heredera, nacida en febrero de 2012; y Oscar, que llegó al mundo cuatro años después. A través de centenares de actos públicos, de viajes de trabajo, de apariciones en fiestas populares, pero también de enfermedades y escándalos públicos, han ido afianzando a lo largo de estos su imagen de pareja sólida.
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Sin embargo, durante las últimas semanas los medios suecos parecen insistentes en querer distanciar a la pareja. Sobre todo un portal de corte amarillista llamado Stoppa Pressarna, que no para de dar por seguro un inminente divorcio real. Tal es el barullo que se ha montado ya entre la prensa generalista sueca después de este minucioso seguimiento a la vida matrimonial de la heredera que ha tenido que salir la mismísima casa real a dar explicaciones. La jefa de prensa de los Bernadotte, llamada Margaretha Thorgren, ha querido explicarse durante una charla con la revista sueca Dana Press. Thorgren ha sido muy clara con su respuesta: “Podemos negar claramente la información de que la pareja heredera se está divorciando. No hay divorcio”.
La cuestión está en que ese medio, Stoppa Pressarna, afirma que es Victoria quien “lleva la batuta” en los supuestos intentos por resolver una crisis matrimonial de la que acusan al príncipe Daniel de ser el culpable, e incluso de no tratar correctamente a su esposa, tanto que Victoria no quiso aparecer públicamente con él en algunos actos oficiales a finales de 2021. Además, el medio asegura que el rey de Suecia sería favorable a una futura separación de su hija del que es su marido, porque sigue sin estar convencido de la conveniencia de Daniel para la princesa. El portal cita a guardaespaldas y personas cercanas a la corte como fuentes, aunque sin desvelar nombres, pero aun así su discurso amarillista ha calado lo suficiente como para provocar un desmentido público.
Es cierto que en los últimos meses se ha visto menos en público a la pareja, pero los motivos son fáciles: la pandemia del coronavirus —enfermedad que, además, ambos pasaron juntos y de forma leve hace un año—, que ha hecho que sus actos sean más reducidos. De hecho, aparecieron juntos en la gala de los premios Nobel en diciembre en Estocolmo, y también se les vio juntos en la capital sueca, en un acto en memoria del Holocausto celebrado en el Real Teatro nacional el pasado 27 de enero, en el que aparecieron vestidos de negro y serios, dada la solemnidad del mismo. Esos han sido sus últimos actos públicos, y a ambos han acudido juntos.
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