El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, instó este sábado a la calma y a no contribuir a crear pánico. Ante las alertas cada vez más elevadas de Estados Unidos sobre la posibilidad de otra agresión militar rusa y en un escenario de evacuaciones masivas de ciudadanos diplomáticos occidentales, Zelenski restó importancia a las alarmas y criticó la “sobreinformación” en relación a la escalada rusa y aseguró que Ucrania no tiene información que respalde esa alarma. “Si cualquier persona tiene información adicional sobre una invasión 100% segura por parte de Rusia a Ucrania, por favor, bríndenosla”, remarcó en una comparecencia en la región de Jersón, donde asistió a maniobras militares del Ejército ucranio.
En otra muestra más de frustración con respecto a los constantes mensajes de Estados Unidos sobre una inminente invasión rusa; Zelenski ha puesto de manifiesto que el lema tan mencionado por el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, y los líderes europeos ―“Nada sobre Ucrania sin Ucrania” no se está siguiendo del todo. Kiev insiste en que, según sus datos y pese a la concentración cada vez mayor de tropas rusa a lo largo de sus fronteras y la exhibición de músculo militar con maniobras en Bielorrusia y en el Mar Negro, nada ha cambiado en los últimos días.
Zelenski, que también habló con el presidente francés, Emanuel Macron este sábado, cree que las alertas pueden alimentar el que define como uno de los objetivos del Kremlin, la desestabilización de país y provocar, además, un daño económico importante. “El mejor amigo de nuestros enemigos es el pánico en nuestro país. Y toda esta información solo está provocando pánico. No puede ayudarnos”, dijo el presidente ucranio. “No puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que aún no ha sucedido. Hasta ahora, no hay una guerra a gran escala en Ucrania”, añadió desde Jarón, cerca de la línea de contacto con la península ucrania de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014 con un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional. “Como nación, debemos confiar en nuestras propias fuerzas. Actuamos según un plan. No le tenemos miedo a nadie”.
En Kiev, mientras el personal de la Embajada de Estados Unidos recogía enseres de la legación diplomática para la evacuación y el traslado de un punto de emergencia a la ciudad de Lviv, al oeste, el paisaje en las calles era el de un sábado cotidiano de invierno. Ucrania lleva ocho años en guerra contra los separatistas prorrusos, apoyados por Moscú, en el este del país, en la región del Donbás. Y aunque esta escalada rusa preocupa, no produce pánico. A mediodía, cientos de personas han salido a la calle en el centro de la capital en una “marcha por la unidad”. “No hay pánico”, comentaba Tatiana Bikova, de 53 años, que acudió a la concentración con sus dos nietas pequeñas. “Este es nuestro país y es nuestra vida, llevamos años en guerra. No podemos dejar que nos conviertan en un agente de juego diplomático. Hay que seguir y levantarse cada día”, decía encogiéndose de hombros.
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