Las teorías de Darwin se remontan a 1859, pero aún hoy se consideran la mejor explicación de la vida en el planeta, profundicemos para entender por qué.
de charles darwin teoría de la evolución conmocionó al mundo en 1859 cuando publicó El origen de las especies. En el libro, Darwin, que había viajado por todo el mundo observando organismos vivos y fósiles, expuso la teoría de que las especies evolucionan en un lento proceso de selección natural.
Los científicos rechazaron principalmente la teoría de Darwin debido a las ideas dogmáticas establecidas por la Iglesia y la religión, que decían que Dios creó a los humanos, los animales, las especies y todo lo que vive. La teoría de Darwin incluía a todas las especies vivas, pero también afectó a los humanos, conectando a las personas con simios distantes. Una idea que a muchos les pareció espantosa.
Todavía hoy, después de cientos de años, la teoría de Darwin se considera la explicación más aceptada para la vida en la Tierra. La idea elabora un gran árbol de la vida del que descienden todas las especies. Comienza con las primeras formas de especies celulares hace miles de millones de años. Darwin también observó que los individuos de una especie no son idénticos. Varían en forma, tamaño, colores, comportamientos y otras características. Argumentó que las variaciones eran mutaciones genéticas aleatorias diseñadas para ampliar las posibilidades de la especie para sobrevivir, competir y reproducirse. El mejor ajuste sobreviviría, transmitiría sus genes y cambiaría lentamente su especie.
La ruptura, un desafío y el salto evolutivo
Incluso antes de los tiempos de Darwin, los agricultores y criadores de ganado solían entonces, y todavía lo hacen hoy, elegir a sus mejores individuos y reproducirlos. Esta intervención directa sobre una especie está muy extendida hoy en día, con especies modificadas genéticamente para soportar sequías o incluso saber mejor. Así como el agricultor elige su mejor toro y su mejor maíz para reproducirse en la próxima temporada, la naturaleza opera de la misma manera sobre toda la vida en el planeta.
Por ejemplo, si una población de pájaros azules vive en un entorno cubierto de nieve, un pájaro podría mutar el gen del color de sus plumas a blanco. Este pájaro blanco estaría mejor camuflado en la nieve y por lo tanto mejor protegido contra los depredadores. El pájaro blanco viviría más tiempo y transmitiría sus genes. Generación tras generación, la población de pájaros azules tendría más genes de plumas blancas. Eventualmente, la especie cambiaría a pájaros completamente blancos. Darwin dice que este proceso es lento y no puede ser observado por humanos en toda su vida.
Sin embargo, un nuevo estudio desafía a Darwin. Científicos de la Universidad de California han observado, por primera vez, una mutación genética y un salto evolutivo mientras sucede. Observaron una población de una especie de flores conocidas como aguileñas. Las flores perdieron sus pétalos y sus espolones de néctar rápidamente. Para poner esto en contexto, sería como si la bandada de pájaros azules se hubiera vuelto blanca al instante. Se han relacionado saltos evolutivos similares con especies afectadas por el cambio climático. Incluso las personas, la especie humana, todavía están evolucionando. Evolución nunca se detiene, rápida o lentamente. Siempre está buscando el siguiente salto.
Fuente: BBC, diario científico