Al escritor chino Yu Hua le pidieron hace unos años que definiera su país en diez palabras. Una de las que eligió fue hūyōu, que se traduce más o menos como embaucar. Los chinos, comenta Yu, usan constantemente este término: engatusan para salirse con la suya en un juego, en los negocios o a la hora de hacer planes. No tiene por qué ser con mala fe, y ellos mismos hacen chistes con lo liantes que son. En ese sentido, algunos critican a sus gobernantes, que usan mucha retórica (además de la censura) para hacer pensar a los ciudadanos lo que les interesa. Así que ahora que llevamos semanas dándole vueltas a la posición de Pekín sobre la guerra de Ucrania, cabe preguntarse: ¿Nos están mareando?
Cuando Putin ordenó la invasión de Ucrania, Pekín pidió contención y una solución negociada. Al mismo tiempo, se negó a usar los términos invasión y guerra, hasta que ha terminado haciéndolo. Los medios oficiales, que siguen directrices del Partido Comunista, culpan a Estados Unidos de echar leña al fuego. A los cuatro días de que empezara la ofensiva rusa, el portavoz de Exteriores chino, Wang Wenbin, hizo unas declaraciones ambiguas: “China siempre ha considerado que la seguridad de un país no puede construirse sobre la base de comprometer la de otro, y mucho menos venir de socavar la soberanía y seguridad de otros países, en pos de su propia superioridad militar y seguridad”. Algunos analistas interpretaron esto como una llamada de atención al Kremlin; otros, como una advertencia a Estados Unidos y a la OTAN.
Cuando no hay información, tendemos a rellenar los huecos. A China la hemos nombrado intermediaria en esta guerra sin que haya aceptado el papel. El 2 de marzo, el Financial Times tituló a cinco columnas que Pekín se había ofrecido para mediar, cuando en realidad este era el deseo del Gobierno ucranio. El comunicado chino era más sutil; ellos nunca se pillan los dedos: Kiev nos pide que mediemos, subrayaba. Por interés estratégico y comercial es lo que llevan haciendo desde 2014, cuando Putin se anexionó ilegalmente la península ucrania de Crimea. A Rusia le han insistido siempre en que no puede violar la soberanía territorial de un país. A Kiev, en que asuma las preocupaciones de seguridad de Rusia y se olvide de entrar en la OTAN.
Que Moscú le haya pedido ayuda militar a Pekín, como han filtrado fuentes estadounidenses, no se puede descartar, pero podrían ser drones y otro equipamiento que ya estaba pactado antes de la guerra, y no un auxilio urgente que ha pedido el Kremlin. China asegura que Estados Unidos quiere hacerle una envolvente para que se aleje de Moscú. A Pekín recalcar en casa que esta es una guerra en Europa le permite trazar una línea entre sus problemas domésticos y los del resto del mundo. Aunque económicamente a China le esté haciendo daño como a todos. @anafuentesf
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