Tras el Estado de Alarma decretado por la pandemia del COVID-19, el uso de las aplicaciones de videollamadas se ha disparado ya que son un medio fantástico para comunicarnos con el mundo exterior. Pero, ¿entrañan algún tipo de riesgo o de peligro? Los expertos creen que sí.
En las últimas semanas se han descubierto multitud de vulnerabilidades en una de las aplicaciones del momento, «Zoom». Sin ir más lejos, nosotros contábamos hace algunos días cómo había trolls colando vídeos porno en las videollamadas que se hacían con esta app. Esta y otras noticias han generado una gran alarma, hasta el punto de que varias compañías han prohibido su uso a sus empleados.
Ahora bien, tal y como explican los expertos, en muchos casos los problemas se dan porque los usuarios no leen las condiciones de uso y las políticas de privacidad. Algunas apps indican que pueden escuchar, grabar e incluso compartir con terceros las conversaciones.
La polémica generada en torno a aplicaciones como «Houseparty» o «Zoom» se ha dado por sus políticas de privacidad, y se han visto obligadas a cambiarlas varias veces en las últimas semanas.
¿Cuáles son los riesgos?
Los agujeros de seguridad en las aplicaciones de videollamadas pueden dar lugar a diferentes problemas. Uno de los más graves es el de poner en riesgo la confidencialidad de las comunicaciones por un fallo en el cifrado, de forma que un tercero podría tener acceso a ellas.
También podría suceder que un tercero suplantara la identidad de otro en una videollamada, e incluso que un tercero controlara el micrófono o la cámara por problemas con los permisos.
Con todo esto, ¿hay que dejar de utilizar las aplicaciones de videollamadas? No. Ahora bien, hay que utilizarlas con cabeza: están pensadas para una conversación normal y corriente con los amigos o la familia. Pero en ningún caso es aconsejable compartir a través de ellas el código de acceso a la banca online o la dirección postal, por ejemplo.
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