Las mejores frases del rey de la arquitectura: Miguel Ángel

Arquitecto, escultor, pintor, escritor y poeta italiano, el rey de la arquitectura, Miguel Ángel, fue uno de los artistas más reputados de toda la historia del arte.

Entre sus hitos se encuentran la Capilla Sixtina (1512), «David» (1504), «El juicio final» (1541) o la «Basílica de San Pedro» (1564). Pero, ¿Sabemos cómo pensaba este artista? Para acercarnos a esto, os dejamos las mejores frases de Miguel Ángel.

Si la gente supiera lo duro que tenía que trabajar para ganar mi maestría, no parece tan maravilloso en absoluto.

El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos.

Tal vez a ti y a mí dar larga vida puedo con el cincel o los colores, adunando mi amor y tu semblante. Y mil años después de la partida, se verán tus hechizos vencedores, y cuánta razón tuve en ser tu amante.

¿Cómo puedo hacer una escultura? Simplemente retirando del bloque de mármol todo lo que no es necesario.

Nunca fui un pintor o un escultor como aquellos que abrieron negocios con tal fin. Siempre me abstuve de hacerlo por respeto a mi padre y a mis hermanos; aunque he servido a tres papas, lo hice bajo coacción. Creo que eso es todo.

Cuando se le preguntó al rey de la arquitectura, Miguel Ángel, porqué había representado muy joven a la Virgen (La Piedad), contestó: “Las personas enamoradas de Dios no envejecen nunca”.

Señor, haz que yo siempre pueda desear más de lo que puedo lograr.

La muerte y el amor son las dos alas que llevan al buen hombre al cielo

A Giorgio Vasari: “Giorgio, si hay algo bueno en mi ingenio, lo debo al haber nacido en la sutileza del aire de vuestra tierra de Arezzo y al haber mamado con la leche de mi nodriza los cinceles y el mazo con que hago mis figuras”.

Dime, oh Dios, si mis ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran; o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran.

Cada bloque de piedra tiene una estatua en su interior y es la tarea del escultor descubrirla.


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