Los masáis son un pueblo de aproximadamente 900.000 personas que vive en África, y más concretamente en Kenia y Tanzana. Su lengua es el maa, aunque muchos de ellos, sobre todo los más jóvenes, entienden el suajili y el inglés. Estas son sus principales costumbres y tradiciones.
El ganado para los masáis
La vida de los masáis gira en torno al ganado, su principal fuente de subsistencia. Creen que todo el ganado es propiedad suya. Así, durante muchos años robaron cabras, vacas y ovejas a tribus vecinas, ya que creían que se les habían quitado los animales en tiempos pasados.
Es el número de vacas lo que determina la riqueza de un masái. En líneas generales, cada familia tiene alrededor de diez vacas, ovejas y cabras. Tal es la importancia que tiene el ganado, que todos los poblados se diseñan en círculo con el objetivo de proteger los animales de los depredadores.
Las chozas de los masáis tienen forma de iglú, y se construyen con barro y ramas. Además, colocan una barrera de espinos como protección.
Del ganado lo aprovechan absolutamente todo: la sangre, la carne y la leche como fuente de alimentación. Con los cuernos elaboran joyas y recipientes. Los excrementos se utilizan para construir las paredes de las chozas. Y la orina se emplea como producto de limpieza, e incluso como medicamento para tratar determinadas enfermedades.
Estructura social
Respecto a la estructura social de la tribu, se organizan en función de la edad: niños, jóvenes y adultos. A su vez, los adultos se dividen en hombres y mujeres, y si tienen o no hijos.
La principal función de los niños es la de vigilar el ganado. Las mujeres se dedican a ordeñar a los animales, cuidar la casa y hacer adornos.
En cuanto a los hombres, se encargan de llevar los animales a pastar. Conducir el ganado por la sabana africana es una gran responsabilidad. Pueden estar varios días fuera del poblado.
Así es la vida de los masáis.
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