La ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, responde preguntas de los periodistas durante la reunión de los ministros de Defensa de 40 países en Ramstein, Alemania.

Alemania da un giro en la estrategia militar hacia Ucrania al aprobar el envío de tanques

La ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, responde preguntas de los periodistas durante la reunión de los ministros de Defensa de 40 países en Ramstein, Alemania.
La ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, responde preguntas de los periodistas durante la reunión de los ministros de Defensa de 40 países en Ramstein, Alemania.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)

La presión, interna y externa, ha hecho su efecto. El canciller alemán Olaf Scholz ha tomado la decisión de enviar armamento pesado a Ucrania después de semanas resistiendo críticas y tensiones que se hacían insoportables a medida que pasaban los días. El Gobierno de coalición ha anunciado que entregará a Kiev carros de combate Gepard de fabricación alemana con capacidades de defensa antiaérea. No solo eso: se ha comprometido a dar entrenamiento a soldados ucranios en territorio alemán, en un giro radical respecto a su postura anterior.

Solo unos días atrás, Scholz justificaba su negativa a enviar tanques a Ucrania con el argumento de que había que evitar una escalada que llevara a una guerra atómica entre Rusia y la OTAN. “Hago lo que puedo para evitar una tercera guerra mundial”, dijo a Der Spiegel. En otras ocasiones, ante la creciente presión de Ucrania, otros socios internacionales y sus propios aliados en la coalición de Gobierno, había aludido a la necesidad de tomar ese tipo de decisiones de forma coordinada. Finalmente, ha claudicado, aprovechando un foro internacional de ministros de Defensa organizado por la OTAN en Ramstein (Alemania).

Tanque Gepard durante unas prácticas en Alemania, en una imagen facilitada por el Ejército alemán.
Tanque Gepard durante unas prácticas en Alemania, en una imagen facilitada por el Ejército alemán. MICHAEL MANDT (AFP)

La ministra de Defensa, Christine Lambrecht, lo anunció antes de que empezara la conferencia, dedicada a acordar mayor apoyo militar a Kiev. “Si Ucrania necesita con urgencia sistemas antiaéreos, Alemania está preparada para darle apoyo”, dijo. Los soldados ucranios podrán recibir entrenamiento en suelo alemán para aprender a usar los sistemas de artillería que entregará Berlín, añadió.

A Ramstein, el epicentro de la fuerza aérea estadounidense en Europa, han acudido los ministros de Defensa de 40 países, un número de participantes superior al de los miembros de la OTAN -la alianza incluye 30 estados-. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha ejercido de anfitrión del evento en la base aérea con un mensaje muy claro: “Ucrania claramente cree que puede ganar, igual que lo pensamos todos los que estamos aquí”, dijo antes de iniciarse las conversaciones.

Austin y el secretario de Estado, Antony Blinken, llegaban a Alemania tras reunirse el domingo con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, al que dieron su apoyo en Kiev solo unas horas antes de que Rusia bombardeara varias líneas férreas en un intento de interrumpir el suministro de armas de los aliados occidentales y de mandar un mensaje ante la reunión de este martes en Alemania para aumentar las capacidades militares de Ucrania. A nadie se le escapaba que ambos políticos habían llegado a Kiev en tren.

Blinken expresó su esperanza en que Kiev pueda ganar la guerra “si cuenta con el equipo adecuado y el apoyo adecuado”. No es posible saber cómo se desarrollará el conflicto, dijo, pero “sabemos que una Ucrania soberana e independiente existirá mucho más tiempo que Vladímir Putin”. Las palabras de Austin en Kiev también dieron una pista del objetivo a largo plazo de Washington: debilitar a Moscú. “Queremos ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania”, aseguró el jefe del Pentágono a los periodistas el lunes. “Ya ha perdido mucha capacidad militar y muchas de sus tropas. Y queremos que no tenga la capacidad de recuperar esa capacidad rápidamente”.

El encuentro en Ramstein quiere subrayar que esa intención es compartida: “Las naciones de todo el mundo están unidas en la determinación de apoyar a Ucrania en su lucha contra el imperialismo ruso”, aseguró Austin el martes. Uno de los frutos concretos de la conferencia es que Estados Unidos ha pactado con sus aliados reunirse mensualmente para estudiar cómo desarrollar la capacidad militar de Ucrania contra Rusia.

La presión sobre Scholz había aumentado en los últimos días. El primer ministro polaco confirmó el lunes que ya ha enviado tanques a Kiev, aunque sin precisar de qué tipo ni la cantidad. Francia y Países Bajos también habían prometido la entrega de armamento pesado, con lo que en Berlín crecía la sensación de que en breve resultaría imposible defender su resistencia. El peligro de quedar completamente aislado de sus aliados y dando una terrible imagen de falta de liderazgo era ya tangible.

La presión interna también estaba haciendo mella en la imagen de Scholz. La oposición democristiana ha presentado un borrador de moción en el Bundestag en el que exige la entrega de armas pesadas “de las existencias disponibles de la Bundeswehr en la mayor medida posible”, lo que incluye tanques, artillería y equipos antitanque. Los partidos de la coalición preparan su propia moción para oponerse a la de la CDU, aunque desde las filas de los liberales han arreciado las críticas a la vacilación de Scholz.

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