Hoy, 28 de abril, es el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo; el objetivo de esta conmemoración es promover la prevención de los accidentes y las enfermedades profesionales en todo el mundo. Además, este año se centra en potenciar el diálogo social hacia una cultura de la seguridad y la salud.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 2.9 millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades profesionales y al menos 402 millones de personas sufren lesiones profesionales.
La OIT indica que si los trabajadores participan en la promoción de seguridad y salud en el trabajo, se reduce el riesgo de accidentes ya que los lugares de trabajo con mayor compromiso reportan 64% menos incidentes de seguridad.
Frente a ello, la OIT señala que es fundamental establecer una comunicación abierta y un diálogo basado en la confianza y el respeto mutuo para que los trabajadores se sientan cómodos planteando a sus jefes sus preocupaciones sobre posibles riesgos o peligros en el lugar de trabajo, para encontrar una solución adecuada.
También, este día el movimiento sindical mundial celebra su Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados, para honrar la memoria de las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, por lo que se organizan movilizaciones y campañas en todo el mundo.
“Cada uno de nosotros es responsable de frenar muertes y lesiones en el trabajo“, señala la OIT.
Los gobiernos, añade, deben proporcionar la infraestructura (leyes y servicios) necesarios para garantizar que los trabajadores sigan siendo empleados y que las empresas prosperen. “Desarrollando una política y un programa nacional y un sistema de inspección para hacer cumplir la legislación y política de seguridad y salud en el trabajo”, complementa.
Los empleados son responsables de garantizar que el entorno de trabajo sea seguro y saludable. En ellos recae la responsabilidad de trabajar de manera segura y protegerse y no poner en peligro a otros, conocer sus derechos y participar en la implementación de medidas preventivas, indica la Organización.
La informalidad es uno de los retos que enfrenta México pues la transición al empleo formal se estancó debido a la pandemia de Covid-19, interrumpiendo una tendencia sostenida en toda América Latina desde la década de 2000, según la OIT.
Además, México cuenta con una de las jornadas más extensas del mundo. En promedio, los mexicanos laboran 2 mil 124 horas al año, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); mientras que el promedio de los miembros de esta organización es de mil 687 horas.
Trabajar muchas horas está matando a cientos de miles de personas al año, en una tendencia que empeora y que podría acelerarse aún más debido a la pandemia de Covid-19, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero, también hay avances. En marzo de este año, el Senado de la República avaló el convenio 190 de la OIT para eliminar la violencia y el acoso laboral. Este instrumento internacional respalda el propósito de salvaguardar y garantizar el derecho de toda persona al trabajo libre de violencia y acoso, especialmente por razones de género.
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