Jorge Gaviño Ambriz, ex director del Metro de la Ciudad de México, afirmó que la caída de un tramo de la Línea 12 se debió a fallas en el diseño, la construcción y supervisión de la parte edificada por la constructora Carso, y no solamente por falta de mantenimiento, ya que a la otra sección elevada, construida por ICA, se le ha dado el mismo tratamiento para su conservación y no presenta ninguna falla.
En entrevista para Aristegui en Vivo, Gaviño destacó dos incidentes, atendidos a partir del sismo de 2017, que revelaron fallas en el mismo tramo que sufrió el colapso el año pasado.
El primero fue la alerta de caída de una columna de concreto, debido a la falta de acero suficiente en su interior. Este incidente fue resuelto y dio lugar a una inspección por ultrasonido de las 266 columnas del tramo, pero sólo se determinó que esa columna presentaba deficiencia. El segundo fue el descubrimiento de una “flecha” en una parte de la vía, la cual fue resuelta en su totalidad.
Gaviño también destacó que, de acuerdo con los dictámenes elaborados después de la tragedia, en el tramo de 6.7 kilómetros edificado por la constructora Carso, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, se identificaron numerosos problemas en la soldadura, y que tan solo el 30 por ciento de los pernos fueron colocados correctamente, lo que es un tema de construcción muy grave.
En términos de diseño de la obra, el ex director del Metro capitalino afirmó que el tramo de Carso fue construido “al límite” de su capacidad de soporte de peso, de circulación de vagones y de tolerancia a la vibración, ya que obras de este tipo deben tener una expectativa de duración de más de 100 años y presentó un colapso nueve años después de su inauguración.
“Fue muy deficiente en ese tramo tan es así que se está reforzando al 100% porque si no se va a caer otro tramo”, sostuvo Gaviño, quien actualmente funge como diputado de la Ciudad de México.
Al ser cuestionado si el mantenimiento de la obra, de la cual fue responsable durante la administración de Miguel Ángel Mancera, debió haber detectado las fallas de diseño y construcción que presuntamente originaron el desplome, Gaviño aseguró que no era posible, porque se trataban de “vicios ocultos”.
“Esto lo sabemos a partir del 3 de mayo del año pasado cuando empezamos a ver que el diseño fue deficiente”, agregó.
Luego de que los dictámenes de la empresa DNV señalaran que el mantenimiento fue uno de los factores que pudo haber incidido en el desplome, Jorge Gaviño aclaró que en total son cuatro las “barreras” que se toman en cuenta:
Construcción de la obra;
Supervisión de los trabajos; y,
Mantenimiento.
Sin embargo, aseguró que “en el caso del accidente de la línea 12, no se habría logrado atendiendo una sola barrera”, y denunció que el dictamen no ha precisado “en dónde estuvieron las acciones fallidas” de las que él y su equipo de trabajo pudieran tener responsabilidad.
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