El primer ministro británico, Boris Johnson, fue recibido este viernes con abucheos al llegar a la Catedral de San Pablo de Londres para un servicio por el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, lo que refleja la creciente presión a la que se enfrenta en el cargo.
Mientras Johnson y su esposa Carrie subían la escalinata de la catedral, delante de los principales miembros del Ejército y de la iglesia, miles de seguidores de la realeza comenzaron a abuchear. En contraste, algunos de los presentes aplaudieron y lo aclamaron.
Johnson se ha enfrentado a numerosas peticiones de políticos de la oposición, y de algunos de su propio partido, para que dimita por el escándalo del “partygate”, después de que se reveló que tanto él como los funcionarios de Downing Street infringieron las estrictas normas que su gobierno estableció durante la pandemia, al asistir a fiestas durante dicho periodo.
Se cree que esta es la primera vez que se descubre que un líder británico ha infringido la ley mientras estaba en el cargo.
Johnson llegó al poder en 2019 con la promesa de completar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, pero su mandato ha sufrido una serie de controversias en los últimos meses.
Las encuestas muestran que su popularidad personal se ha desplomado y un número creciente de legisladores de su propio partido han pedido que Johnson renuncie, con la especulación de que podría enfrentar una moción de confianza sobre su liderazgo.
🇬🇧 | JUBILEO DE PLATINO: El primer ministro Boris Johnson recibe abucheos y vítores cuando llega a la Catedral de San Pablo para el Servicio Nacional de Acción de Gracias por el Jubileo de Platino de la Reina.
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— Alerta News 24 (@AlertaNews24) June 3, 2022
Johnson y su esposa llegaron para el Servicio de Acción de Gracias, que se celebra en el segundo día de la celebración nacional del Jubileo de Platino, de cuatro días de duración. A su vez, los ex primeros ministros, entre ellos Tony Blair y David Cameron, fueron recibidos con un cortés aplauso.
Los políticos llegaron antes que la familia real. Otros miembros de la familia real se unieron a políticos, patrones de grupos de caridad y de organizaciones que la reina ha apoyado.
La reina presenció el servicio desde su casa del castillo de Windsor debido a la reaparición de “problemas de movilidad episódicos“. Su hijo y heredero, el príncipe Carlos, de 73 años, la representó.
Gran parte de la atención se centró en elnieto de la reina, el príncipe Enrique y su esposa Meghan, que hacían su primera aparición pública juntos en Reino Unido desde que abandonaron sus funciones reales hace dos años.
La pareja se trasladó a Estados Unidos para llevar una vida más independiente, y desde entonces ha lanzado algunos ataques contra el Palacio de Buckingham y la familia real. A su llegada también fueron recibidos con algunos abucheos.
También estuvo ausente en el servicio del viernes el segundo hijo de la monarca, el príncipe Andrés, de 62 años, que ha dado positivo en la prueba del Covid-19.
La reputación de Andrés se ha visto afectada desde que en febrero llegó a un acuerdo en el marco de una demanda en Estados Unidos en la que se le acusaba de haber abusado sexualmente de una mujer cuando ella era menor de edad, algo que él negó.
Tras el servicio, se celebró una recepción en el Guildhall, ofrecida por el alcalde de la ciudad de Londres, a la que asistieron algunos miembros de la realeza y políticos.
(Con información de Reuters)