En España existen diferentes tipos de despidos. Como trabajador es importante que conozcas las causas, características y consecuencias de cada uno de ellos. Te lo explicamos todo a continuación.
Despido objetivo
El despido objetivo se da cuando se presentan una serie de circunstancias. Cuando el trabajador es despedido tiene derecho a recibir una indemnización de la empresa.
Algunos de los los supuestos por los que puede darse un despido de este tipo son: motivos organizativos, ineptitud del empleado, imposibilidad de adaptación a los requisitos exigidos en su puesto de trabajo, faltas de asistencia al trabajo justificadas e intermitentes…
Despido nulo
El despido nulo tiene lugar cuando la empresa vulnera los derechos del trabajador. Cuando las causas del despido están prohibidas por la Constitución se considera nulo. Es lo que ocurre por ejemplo cuando una mujer embarazada de baja por maternidad es despedida.
Despido disciplinario
En este caso, la causa del despido está plenamente fundamentada. Se basa en un incumplimiento grave de las obligaciones del trabajador, y la empresa puede demostrarlo. Algunos de los supuestos que se barajan son: faltas injustificadas y repetidas de puntualidad, desobediencia en el puesto de trabajo, ofensas físicas o verbales al resto de compañeros, disminución voluntaria y continuada en el rendimiento normal…
Lo más importante es que la empresa debe demostrar que el trabajador es el culpable de su despido. En muchos casos el empleado y la empresa llegan a un acuerdo en vía de conciliación previa.
La relación laboral queda finalizada, y el trabajador no tiene derecho a cobrar una indemnización. Aún así, si cumple con los requisitos exigidos sí puede cobrar el paro.
Despido improcedente
Este es uno de los tipos de despido más comunes de todos. Tal y como su propio nombre indica, el trabajador es despedido de su puesto de trabajo sin que la empresa haya cumplido con la normativa vigente para poder hacerlo.
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