Ana María Aldón se encuentra en el ojo del huracán. Desde que se emitió la primera entrega de la docu-serie de Rocío Carrasco, Rocío: contar la verdad para seguir viva, el pasado regreso a su vida, ya que algunos de los detalles que se contaron en la pieza audiovisual colocaron en el punto de mira a su marido, José Ortega Cano, viudo de Rocío Jurado. Desde entonces, los rumores de crisis sobre el matrimonio han acaparado titulares en distintos medios de comunicación, pese a que los protagonistas de esta historia se han encargado de desmentirlos.
Fue el pasado 20 de junio, cuando el maestro dio un golpe en la mesa cuando llamó en directo al plató de Ya son las 8, donde en esos momentos se encontraba su hija, Gloria Camila. Al otro lado de la línea, se pudo escuchar a un Ortega Cano visiblemente molesto al estar desde hace semanas en primera plana mediática debido al aparente distanciamiento con su mujer. “Estoy cansado ya, estoy agotado por ser buena persona. No se puede ser tan buena persona como yo soy. Es la primera vez que digo esto. Pido a todos los míos primero, a Gloria que la quiero a morir, a mi mujer, que la quiero a morir, a mi niño que está en casa. Quiero que me dejen que yo haga mi vida”, expresó.
Tras lo ocurrido, Carmen Borrego reveló en Sálvame la situación de la diseñadora tras la llamada, y aseguró que se quedó “destrozada”. “Las cosas no están bien. Están llegando a límites muy duros”, añadió la hija menor de María Teresa Campos. “Ana María no era capaz de articular palabra. Yo la he intentado tranquilizar y entonces ella ha empezado a sincerarse. Es momento de que se sepa lo que está pasando en su casa. Me dice: ‘Yo no puedo más’”, indicó Carmen. “’En mi casa tengo que pedir permiso para todo, en mi casa manda más Marina que yo, la persona de servicio, en mi casa manda más Gloria Camila que yo’”, dijo tajante la tía de Alejandra Rubio en palabras de Ana. Después de este inquietante episodio, este digital pudo saber que Ana María Aldón tomó la decisión de hacer la maleta y trasladarse unos días a Costa Ballena para estar junto a su madre y alejarse así del bullicio de la ciudad en un momento muy convulso para ella.
De nuevo, Look ha podido saber a través de fuentes de toda solvencia, que la diseñadora ha puesto rumbo a la capital. Este inesperado desplazamiento podría tener relación con su reaparición en Viva la Vida, donde el pasado fin de semana causó baja, lo que provocó la preocupación de sus compañeros de espacio. Sin embargo, este medio ha tenido acceso a una información con la que adelanta que, por ahora, Ana María no está convocada para la tertulia que ameniza las tardes de los fines de semana capitaneada por Emma García. Es por eso por lo que, su regreso a Madrid tiene que ver con un asunto de índole familiar, y, por consiguiente, un reencuentro con su marido, José Ortega Cano, de quien lleva distanciada estos últimos días. De esta manera, el matrimonio volverá a convivir bajo el mismo techo. Por otro lado, el hermetismo sobre su verdadera situación familiar es ya su nuevo modus operandi, ya que su representante tampoco ha mantenido una conversación con la diseñadora.
Esto supone sin duda, un nuevo punto de inflexión en la vida de Ana María Aldón, ya que con este llamativo comportamiento con el que impera la ley del silencio, confirma que, por el momento, prefiere mantenerse alejada del foco mediático en la medida de lo posible.
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