Ana María Aldón pone fin a su misterioso retiro. Después de que su marido tomara la palabra en pleno directo de Ya son las ocho para pedir encarecidamente a su esposa y a su hija que dejaran de hablar de él en televisión, la diseñadora optaba por dar comienzo a unas vacaciones alejada del foco mediático y del diestro y sus allegados. Y es que, aunque en un primer momento la colaboradora se desplazaba hasta Costa Ballena para disfrutar de la compañía de su familia, finalmente ha decidido volver a Madrid para probablemente retomar su rutina con más fuerza que nunca.
Haciendo gala de su buen gusto estilístico con un vestido camel midi, una chaqueta de flecos y unas sandalias a tono, Ana María llegaba al aeropuerto de Jerez, acompañada de una amiga que la llevaba en coche, para poner rumbo a la capital, alejándose así aún más de su marido. Cabe destacar que, durante esta aparición, el rostro de Aldón lucía visiblemente cabizbajo mientras miraba al suelo, ocultándose bajo unas gafas de sol y una mascarilla negra con el único objetivo de no dar declaración alguna sobre en qué punto se encuentra ella misma y también su relación con el que fuera marido de Rocío Jurado.
Horas más tarde, la exconcursante de Supervivientes aterrizaba en el aeropuerto de Barajas sin desprenderse de ninguno de los complementos que tapaban su cara, aunque eso sí, saludando a los medios de comunicación y manteniendo con ellos una muy buena sintonía como de costumbre.
De esta manera, la diseñadora ha vuelto a poner tierra de por medio con su esposo. Hace escasos cuatro días desde que Ortega Cano elegía Costa Ballena como destino perfecto para dar pistoletazo de salida a unos días de relax y desconexión, un complejo turístico en el que el torero tiene una casa a la que también se han desplazado su hijo, José María, y Marina, la mujer de confianza de la familia.
Quitando hierro a los rumores que giran en torno a una supuesta crisis de pareja entre el padre de José Fernando y su esposa, José Ortega Cano ha protagonizado unas imágenes de lo más entretenidas junto a sus dos acompañantes. Los tres se dejaban ver disfrutando de un agradable paseo en bicicleta por las calles del enclave gaditano, aprovechando también para realizar algunas compras. No obstante, y dada la tensa situación por la que está atravesando el diestro, ha mostrado en todo momento un rostro serio y alicaído con el que dejaba entrever que su verano no ha comenzado de la mejor de las maneras. Y es que, durante esta salida diurna se ha echado en falta a la propia Ana María, cuyo paradero era completamente desconocido hasta ahora, que ha optado por alejarse de su pequeño y de su marido con fines que aún no se saben, aunque todo apunta a que, después de haber pasado un tiempo de meditación y desconexión, tiene que dar cabida a sus quehaceres laborales como hacía hasta ahora.
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