La escritora Rosa Montero hace una aclaración que vale de preludio a esta charla: “Una de las cosas primeras que tienes que aprender de Latinoamérica es que es muy distinta, Latinoamérica en sí”. La autora conoce todos los países de la región, salvo Bolivia. “El Caribe no tiene absolutamente nada que ver con el continente austral. Como me decía llorando Napoleón Baccino Ponce de León, un escritor uruguayo estupendo: “Latinoamérica en Europa es realismo mágico. ¿¡Qué tengo que ver yo con el Caribe!? Y es verdad, qué tenía que ver él con el Caribe”, cuenta.
ha reunido a cuatro autores españoles para conversar sobre lo que se llevan a Europa tras su paso por el Hay Festival de Querétaro. En realidad, a dos –Rosa Montero y Jesús Carrasco– por un lado y a dos –Lucía Lijtmaer y Juan Tallón– por el otro. Porque cuadrar agendas, en medio del evento, no es fácil. La foto que encabeza este texto también está compuesta a partir de “retratos y momentos cosechados” en diferentes momentos. “Un fotomontaje de los mundos diversos que dan forma a un mismo festival literario”, cuenta su autor, el fotógrafo argentino Daniel Mordzinski.
Un idioma en común y la tranquilidad de ser entendido
Montero (Madrid, 71 años) lleva horas dando entrevistas en el último piso de un hotel del centro de Querétaro. Al día siguiente presentará su libro más reciente, El peligro de estar cuerda (Seix Barral, 2022). Desde hace 40 años visita la región, de sur a norte, y le cuesta decir qué se llevará esta vez, después de tantos años. “[Con España] hay una correlación tan rica, tan compleja y tan diversa. Es una emoción que tengamos un vínculo, que es la lengua”, señala.
A su lado, Jesús Carrasco, también se irá con la “sensación hermosísima” que es “el reconocimiento del castellano”. El día que Carrasco conoció a Montero, hace ahora varios años, le temblaban los pies, según recuerda el autor de 51 años nacido en Olivenza, Badajoz. Hoy ya no, y la conversación se da en relativa quietud. El autor de Llévame a casa (Seix Barral, 2021) precisa: “En México, Argentina, Uruguay puedes matizar perfectamente aquello que tú has querido contar [en un libro]. Hay un reconocimiento que hace todo mucho más sencillo”.
El escritor agrega que también se llevará los encuentros tendrá hasta el domingo, cuando termine el festival. “Con colegas, con iguales, con gente que se dedica a lo mismo que te dedicas tú, estos perros solitarios que somos”, apunta. “Antes de entrar a este mundo me decían: ‘Eso es una pelea de gallos, hay navajazo por todas partes”, recuerda Carrasco, y asegura: “Yo no he encontrado más que acogimiento”.
–Es que fíjate tú– apunta Montero. –Yo, que como periodista he tratado a muchísimos profesionales de todas las profesiones, sigo creyendo que los novelistas somos de lo menos malo.
–O mejor que los poetas– bromea Carrasco.
–Pero ¿sabes por qué? Su mundo es muy duro. Nosotros lo tenemos un poquito más fácil.
Más autores latinoamericanos en España, por favor
Mientras Montero y Carrasco conversan, la escritora Lucía Lijtmaer empieza la presentación de su libro más reciente, Cauterio (Anagrama, 2022). La cita con ella y el autor Juan Tallón será más tarde. Lijtmaer, nacida en Argentina hace 45 años y criada en Barcelona por padres exiliados durante la dictadura, se lleva a España una necesidad: “Hay que contactar con autores y autoras de libros que no llegan a España”. “¿Cómo puede ser que en España durante 40 años prácticamente no hayamos podido leer a [Carlos] Saer? Que esas cosas pasen con autores contemporáneos me entristece muchísimo más, porque es lo que estamos viviendo”, dice la escritora.
“Hay como una pequeña disfunción”, agrega Juan Tallón (Villardevós, 47 años), que presenta en el Hay Festival de Querétaro su libro Obra maestra (Anagrama, 2022). “Yo estos días he conocido a tres editores de sellos muy pequeñitos que no había oído nombrar. Los libros de las autoras y los autores latinoamericanos que llegan a España son los de los sellos que están asentados ya en España. Pero hay algo ahí que se nos está escapando”, opina. Tallón cree que “también pasa al revés”. “Me parece que nosotros tenemos más interés en lo que hacen ellos. Quizás, fíjate, porque lo que están haciendo ellos es más interesante”, apunta.
Lijtmaer tiene otra idea: “Yo creo que ha tenido que ver con el mundo anglosajón, que ha abierto la puerta [a la literatura latinoamericana]. Estoy pensando en Gabriela Cabezón Cámara, en Selva Almada… Eso ha generado un prestigio, por goteo, que ha causado una apuesta por la literatura latinoamericana”. Por eso, cuenta, lo que espera llevarse son libros de autoras que no conocía. “De Jazmina Barrera y Dolores Reyes, seguro. Porque claro, no puede ser que no las haya leído”, dice.
Ambos autores se irán, además, con sorpresas. “La enormidad”, dice Lijtmaer, “la inmensidad de la naturaleza me impacta mucho”. La escritora también señala “la mezcla de las distintas tradiciones indígenas con casi un futurismo mexicano”: “En algunos momentos te da la sensación de que puede aterrizar una nave espacial y no está fuera de lugar”. A su lado, Tallón agrega: “Hay cosas que sabes que en España no van a pasar. Y aquí tienes la sensación de que, bueno, cabe todo. Si los extraterrestres van a tomar pacíficamente el planeta, vendrán aquí”.
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