La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya no recomienda dos terapias de anticuerpos contra el Covid-19, sobre la base de que la aparición de ómicron y de otras subvariantes del virus probablemente las hayan dejado obsoletas.
Las dos terapias, que están diseñadas para funcionar uniéndose a la proteína espiga del SARS-CoV-2 con el fin de neutralizar la capacidad del virus de infectar células, fueron algunos de los primeros tratamientos desarrollados al principio de la pandemia.
Desde entonces, el virus ha evolucionado, y la creciente evidencia de las pruebas de laboratorio sugiere que las dos terapias, sotrovimab y casirivimab-imdevimab, tienen una actividad clínica limitada contra las últimas iteraciones del virus.
Como resultado, también han sido dejadas de lado por el regulador de salud de Estados Unidos.
El jueves, expertos de la OMS dijeron que desaconsejaban enérgicamente el uso de las dos terapias en pacientes con Covid-19, revirtiendo las recomendaciones condicionales anteriores que las respaldaban, como parte de un informe publicado en el British Medical Journal.
El sotrovimab, desarrollado por GSK y su socio de Vir Biotechnology, generó miles de millones en ventas y se convirtió en uno de los productos más vendidos de la farmacéutica británica el año pasado. En abril, fue retirado del mercado estadounidense por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Dado que Estados Unidos había comenzado a cuestionar la eficacia clínica de sotrovimab contra ómicron desde febrero, la OMS toma en consideración este aspecto algo tarde, dijo Penny Ward, profesora adjunta de medicina farmacéutica en el King’s College de Londres.
“Ahora que la OMS ha emitido esta recomendación, será interesante ver cuántos otros países se alinean con ella”, dijo.
El cóctel de anticuerpos casirivimab-imdevimab, de Regeneron y socio de Roche, también obtuvo miles de millones en ventas y fue uno de los productos más vendidos de la farmacéutica estadounidense el año pasado.
En enero, la FDA revisó su postura sobre el tratamiento, limitando su uso a un grupo más pequeño de pacientes, citando su potencia disminuida contra la variante ómicron.
El regulador europeo de medicamentos sigue recomendando el uso de ambas terapias.
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