Parece que Tamara Falcó no está atravesando su mejor momento. Tan solo 24 horas después de anunciar a bombo y platillo que se había prometido con Íñigo Onieva, un vídeo de su futuro marido besando a otra mujer ha puesto en jaque sus planes. Y es que, desde que comenzaran su historia de amor hace ya dos años, muchas han sido las ocasiones que se ha especulado con infidelidades por parte del empresario. Pero esta última ha sido la gota que ha colmado el vaso de la marquesa de Griñón.
Las imágenes tienen como escenario el Burning Man, un festival de música electrónica que tuvo lugar hace apenas dos semanas. En ellas, el ingeniero sale besando a una mujer que no es su prometida y, aunque él ha afirmado públicamente que se trata del 2019 -cuando todavía no había comenzado su romance con la hija de Isabel Preysler- lo cierto es que varias pruebas indican todo lo contrario. En primer lugar, porque son muchos los asistentes al festival que tienen historias destacadas en Instagram donde se puede ver a Íñigo con exactamente la misma ropa que la que luce en el vídeo, al igual que la misteriosa chica y los asistentes de fondo, que también visten las mismas prendas. Y en segundo lugar porque, tal y como ha comentado Semana, en el clip se puede escuchar Banho de Folhas (Maz Remix), una canción tecno de Luedji Luna & Maz que ha sido publicada en abril de 2022, por lo que la versión que el empresario ha dado se ha caído por su propio peso.
Ahora, tras salir a la luz las contradicciones y unas horas después de que ambos hayan salido juntos de su domicilio, de la mano y confirmando que, le pese a quien le pese, la boda sigue para adelante, Tamara Falcó ha tomado una drástica decisión con la que ha dejado muy claro cuál es su postura al respecto. La socialité ha borrado de su cuenta de Instagram el post donde anunciaba su compromiso, en el que, además de mostrar orgullosa su anillo de prometida, recalcaba en el texto lo afortunada que se sentía por haber escogido a Íñigo Onieva como compañero de vida.
Además, desde Ya es verano han intentado hablar con ella a las puertas de su casa, donde se ha mostrado con el rostro completamente desencajado y pidiendo a la prensa que la dejasen en paz. Una actitud nada habitual en ella, que siempre ha atendido a los medios de comunicación de la forma más amable posible. En mitad de este giro de guion que ha dado su vida en apenas unas horas, la marquesa de Griñón, además, ha salido de casa con sus dos perros en lo que parecía ser un paseo que ha terminado siendo una huida, pues no ha regresado a su domicilio. Con esta actitud y esta decisión en sus redes sociales, queda claro que la hija de Isabel Preysler no está pasando por su mejor momento. Sea como fuere, habrá que esperar a ver si la boda del año, finalmente, se suspende o si, por el contrario, la marquesa de Griñón le da un último perdón a su -hasta ahora- prometido.
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