Podría decirse que Íñigo Onieva y Tamara Falcó se han convertido en los personajes más buscados del panorama nacional, y no es para menos. Desde que se anunciara su compromiso y posterior infidelidad por parte del empresario hacia la marquesa de Griñón, muchos han sido los medios de comunicación que han querido saber cómo están ambas partes. Una duda que ha quedado casi resuelta.
Fue durante la tarde de ayer cuando la hija de Isabel Preysler abandonó el segundo plano en el que había estado inmersa durante los últimos días para desvelar toda la verdad. Con motivo del evento organizado por la inmobiliaria Kronos Homes, Tamara salió de su casa en compañía de su representante, Susana Uribarri, para responder a todas las preguntas que los reporteros tenían para ella. Una manera de dejar atrás los tapujos y de poner fin a la polémica expresando en qué punto se encuentra su relación con Íñigo Onieva, la cual sería a día de hoy nula.
Pero ahora que Falcó ha hecho a la prensa partícipe de su postura en una historia de amor que ha durado casi dos años, hay otra incógnita que permanece en el ambiente. ¿Dónde está Íñigo Onieva? Desde que protagonizara su última aparición pública el pasado viernes, de la mano de la marquesa, para acudir a una boda, el empresario no ha vuelto a dar señales de vida, y eso que los medios de comunicación permanecen en los aledaños de su domicilio con el objetivo de que, en algún momento, salga para contar su versión, la cual habría cambiado bastante desde la última vez. Y es que, aunque en un primer momento estuviera firme a la hora de afirmar que el vídeo besándose con otra chica era cosa del 2019, dos días después hacía uso de sus redes sociales para entonar el mea culpa y admitir que estaba equivocado, pidiendo perdón tanto a su ahora ex pareja como a todos los familiares de esta por el daño causado.
Por si fuera poco, hace escasas horas, las cámaras de Gtres captaban a un repartidor que se desplazaba hasta el domicilio de la familia Onieva mientras contenía un paquete para Íñigo. Como era de esperar, el protagonista en cuestión no era quien lo recogía, aunque sí un ser querido que permanecía al otro lado de la puerta para no ser captado por las cámaras. De esta manera, se hace imposible saber si el hijo de Carolina Molas ha vuelto al hogar que compartía con sus hermanos y padres, o si aún permanece en el nidito de amor que acababa de estrenar con Tamara, un lugar del que ella ya ha huido para permanecer en Puerta de Hierro junto a su madre hasta que las aguas vuelvan a su cauce, eso sí, en solitario.
Por si fuera poco, durante este mismo día también ha llegado a la casa de la también conocida como “reina de corazones” un ramo de flores con remitente aún desconocido para los medios. ¿Estará Íñigo pidiendo encarecidamente disculpas, o Tamara habrá encontrado otros pretendientes?
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