Pepe Solla será el encargado por segundo año consecutivo de que los asistentes al festival Son Estrella Galicia Posidonia tengan una experiencia gastronómica única que conviva a la perfección con la buena música y la magia natural que tiene Formentera, escenario en el que se celebra anualmente este esperado evento.
El gallego, al frente del histórico restaurante Casa Solla en Pontevedra, celebró con MD poder volver a formar parte de este proyecto “tan especial”, en esta ocasión no solo como chef sino también como coordinador.
¿Qué es la sostenibilidad para usted?
Es ser consciente de que el medio en el que vivimos es perfectamente equilibrado sin nosotros. Nosotros nos dedicamos a desequilibrarlo y romperlo. La sostenibilidad es ser lo más respetuoso posible con la naturaleza.
¿Cuál es su relación con la música?
Desde muy pequeño toco la guitarra y ahora me llegan muchos proyectos en los que me puedo acercar a la música. Yo siempre he tenido admiración hacia los músicos porque era practicante. Creo que hay una afinidad increíble entre músicos y cocineros. Veo que los artistas se han vuelto unos aficionados a la alta cocina.
¿Qué similitudes tienen una cocina y un equipo de fútbol?
Nos parecemos en que somos un equipo y tenemos que estar muy coordinados. Ese es el factor que hace que funcionemos muy bien y que seamos un bloque. Sin embargo, a veces en el fútbol hay días que el equipo no está tan bien pero llega un Messi o un Benzemá y marca un gol que hace que ganes el partido. En los restaurantes no pasa eso. Si el equipo está mal, no va a haber un Messi que te marque ese gol. Las individualidades en el fútbol te pueden solucionar carencias pero en la cocina no.
Usted proviene de una familia históricamente ligada a la gastronomía, ¿cómo fue crecer en ese ambiente?
Yo nací en un restaurante. Este año, Casa Solla cumple 61 años. Al principio no quise dedicarme a ello y estudié empresariales. Me metí en el mundillo para ayudar a mis padres y me gustó, quise que fuera mi vida. Cuando naces en ese entorno te puede pasar que te aleje del todo o que te des cuenta de que es tu vida.
Primero se enamoró del vino y fue sumiller.
Empecé en el mundo de la sala y justo coincide con la eclosión de la D.O. Rías Baixas, que es mi entorno natural. Fue como una conjunción de astros y me dediqué a hacer cursos de sumillería. En Galicia era un mundo muy poco explotado y una figura que faltaba en la restauración. Siempre he seguido muy vinculado al mundo del vino. Hay pocos restaurantes en los que una bodega pese tanto como en el nuestro.
Cuando empieza a estudiar gastronomía se encontró con Ferran Adrià como maestro. ¿Cómo recuerda esa experiencia?
Empecé a estudiar de una manera autodidacta y lo combinaba con cursos. Entre ellos, hice uno de Ferran Adrià. Me di cuenta que su cabeza va muy rápido y fueron unos días excepcionales. Me enseñó a pensar en la cocina y no a repetir recetas, que es mucho más importante.
¿Qué opina sobre el éxito que ha tenido ‘Disfrutar’?
Las casualidades no existen. Detrás hay mucho esfuerzo y mucha dedicación. Oriol, Mateu y Eduard, me parecen personas apasionadas que han dedicado muchas horas y mucho tiempo.