La izquierda latinoamericana celebra por todo lo alto el regreso al poder del primer presidente obrero de Brasil, un mito viviente para los sectores progresistas. Del río Grande hasta la Patagonia, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el colombiano Gustavo Petro, el argentino Alberto Fernández o el chileno Gabriel Boric no han tardado en saludar la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva tan pronto ha sido oficial, antes incluso de que Jair Bolsonaro conceda formalmente su derrota. No tardó tampoco en felicitar al brasileño el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como otros líderes, como el presidente español, Pedro Sánchez o el francés, Emmanuel Macron.
Petro ha sido el primero en manifestarse con un tuit inusualmente escueto. “Viva Lula” es todo lo que ha escrito el presidente de Colombia. No hacía falta extenderse, pues la víspera había dedicado otro mensaje a la segunda vuelta de las presidenciales en Brasil: “Si queremos más días para la humanidad, el fascismo debe ser detenido”, escribió el sábado al desear que “Brasil haga brillar la luz de Latinoamérica”. No mencionó ni a Lula ni a Bolsonaro en ese mensaje, que venía acompañado de una foto de la masiva marcha de cierre de campaña en la avenida Paulista del candidato del Partido de los Trabajadores. También su vicepresidente Francia Márquez, que había visitado a Lula en campaña, le envió un “abrazo ancestral”. Petro ha dicho en varias ocasiones que pretende liderar un eje progresista en la región junto a Lula y Boric.
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El mensaje de Boric ha sido igualmente escueto. “Lula. ¡Alegría!”, ha escrito en Twitter al replicar el emotivo primer mensaje del líder del PT tras ganar los comicios. El brasileño escribió la palabra “democracia” sobre una foto de su mano izquierda y la bandera verde amarilla del gigante sudamericano. Lula solo tiene cuatro dedos en esa mano luego de haber sufrido un accidente cuando era obrero metalúrgico.
“Ganó Lula, bendito pueblo de Brasil. Habrá igualdad y humanismo”, reaccionó López Obrador, quien a pesar de que privilegia los asuntos internos por encima de la diplomacia aspira a que México ejerza liderazgo en el bloque progresista que se ha apuntado una serie de triunfos electorales y con el resultado de Brasil supera el traspié que supuso la derrota de la nueva Constitución en el plebiscito chileno.
El argentino Alberto Fernández, quien nunca ocultó su cercanía ideológica y personal con Lula –al punto que lo visitó en cárcel– celebró lo que consideró el inicio de “un nuevo tiempo para la historia de América Latina”. “Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos”, le dijo a Lula. El argentino hizo también referencia a los días que Lula pasó en prisión: “Después de tantas injusticias que viviste, el pueblo de Brasil te ha elegido y la democracia ha triunfado”. La vicepresidenta, Cristina Fernández, quien coincidió con Lula en el poder cuando era presidente, también le agradeció por devolver “la alegría y la esperanza” a la región.
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Otros líderes mundiales se sumaron muy pronto al coro de felicitaciones. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó que Lula se impuso en unas elecciones “libres, justas y creíbles”, mientras el francés Emmanuel Macron –que mantuvo unas relaciones tensas con Bolsonaro– calificó el resultado de los comicios como “un nuevo capítulo de la historia de Brasil”. También el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consideró que la llegada de Lula al Palacio de la Alvorada es una apuesta de los brasileños “por el progreso y la esperanza”. Sánchez ya le había expresado su apoyo de cara a la segunda vuelta en un vídeo. “Tu triunfo, querido amigo, será el de los progresistas de todo el mundo”, decía entonces.
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