Tradicionalmente, lo que se quema en la noche de San Juan es todo lo malo para dar la bienvenida a lo bueno. Y es que, pese a ser la noche más corta del año, la cosa se alarga bastante entre hogueras, ritos y tradiciones.
Además, la fiesta ha evolucionado en diversos puntos del país y del mundo, así que lo que se quema en cada zona va variando según la forma de ser de las gentes de cada punto. Por eso, mientras en muchos lugares sigue siendo bastante ritual, en otras se ha vuelto más bien popular.
Así que, este rito ancestral que se pierde con el origen de las propias celebraciones ritualistas y solsticiales de las primeras civilizaciones humanas ha evolucionado de formas muy diversas. Por ejemplo, con las populares fiestas de Alicante, donde solo en la capital de la provincia se queman un centenar de Hogueras o Monumentos que satirizan a personajes de la actualidad en sus tradicionales Fogueres de Sant Joan que van seguidas de un espectáculo pirotécnico tras semanas de mascletás.
Si te decides por Tenerife, verás cómo una comitiva acompaña a San Juanito hasta la costa, en una zona llamada el Güigo. Allí, lo reciben hogueras en las que se quema lo malo y se aguarda con cierto grado de misticismo y ritualidad.
También las Fogueiras de San Xoán en Galicia son célebres. Allí, las meigas tienen una gran presencia, y las playas se llenan de hogueras que hacen arder lo malo y buscan purificar para atraer lo bueno. No en vano es tradicional abrir la puerta al más allá, conocido como mundo de Alén, para librarse de los malos espíritus. Popularmente se comenta que en San Xoán miegas e bruxas fuxirán. Luego, hay que saltar sobre las brasas para que se complete el ritual.
Qué más se quema en la noche de San Juan
Si nos acercamos a las playas andaluzas, vamos a conocer divertidos personajes para la hoguera de San Juan. Por ejemplo, en Cádiz, donde son tradicionales la quema de los Juanillos, muñecos de trapo que entroncan con la tradición carnavalera de la zona, y que se parecen sospechosamente a la crítica social de sus chirigotas.
Y no nos olvidamos de Málaga y sus júas. Allí se queman estos personajes, también peleles de trapo que son símbolo de personajes célebres del momento que son satirizados con la clásica gracia malagueña, que mezcla ritual con sentido del humor.
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