Rusia aseguró que el tope al precio de su petróleo impuesto por el G7 no afectará la financiación de las operaciones militares en Ucrania y adelantó que “está preparando” una respuesta a la medida que “no reconoce”.
Esto, tras entrar en vigor este lunes el embargo de la Unión Europea a todas las importaciones de petróleo ruso transportadas por barco y también la prohibición de transportar el crudo de Moscú vendido a terceros países a un precio superior a 60 dólares por barril acordado por las potencias del G7.
“La economía de Rusia tiene el potencial necesario para satisfacer totalmente todas las necesidades y requisitos en el marco de la operación militar especial, así que dichas medidas no tendrán impacto”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov.
Sin embargo, alertó que esta medida “afectará a la estabilidad del mercado energético global en términos de su total desestabilización”, antes de reiterar que Moscú “no reconoce ningún tope”, algo que describió como “obvio”.
Peskov argumentó además que todos los países deben prepararse para un mayor aumento de los precios. “Es obvio e indiscutible que la adopción de esta decisión es un paso hacia la desestabilización de los mercados mundiales de energía”, afirmó, de acuerdo con la agencia Interfax.
El tope fijado no afectará al petróleo ruso que llegue a Europa a través de oleoducto, después de la excepción lograda por Hungría y otros socios europeos sin salida al mar que aducen su gran dependencia del petróleo ruso.
El embargo europeo afecta al 90 % de todo el petróleo que Rusia vendía antes de la guerra a los socios comunitarios, que desde marzo han redoblado sus esfuerzos para reducir al máximo su dependencia de los combustibles fósiles del Kremlin.
Con esta sanción, la Unión Europea quiere atacar una de las principales fuentes de ingresos del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania. Según fuentes comunitarias, los ingresos estatales de Rusia procedentes del negocio del petróleo representan el 37 % del presupuesto.
Además, la Comisión Europea calcula que el tope de 60 dólares es lo suficientemente bajo como para hacer daño a las cuentas de Moscú (calcula que ahora está comerciando barriles con descuento a unos 65 dólares), pero también lo suficientemente alto para que parte del petróleo ruso siga fluyendo al resto del mundo “a un precio limitado”.
Frente a esto, el régimen de Vladimir Putin ha amenazado con dejar de suministrar petróleo a los países que apoyen o recurran al tope al precio del crudo pactado por las siete principales potencias del globo.
(Con información de Europa Press y EFE)
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