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Si nos ponemos a analizar, se puede encontrar una genealogía del sonido en diferentes épocas de la música argentina. Los estudios RCA Victor fueron el lugar donde Gardel, Goyeneche y la orquesta de Troilo grabaron algunos de sus discos más importantes.
TNT fue testigo del nacimiento del rock nacional; fue allí donde Los Gatos grabaron “La Balsa”, Manal registró su disco debut y Vox Dei plasmó una de las obras más importantes de la historia de la música argentina: La Biblia. Por Estudios ION desfilaron desde Les Luthiers hasta Serú Girán, y su fama aumentó desde que se convirtió en el espacio de grabación del programa “Encuentro en el Estudio”.
Sin embargo, no hay espacio de grabación en la Ciudad de Buenos Aires que haya dejado una marca indeleble en el rock post-Malvinas como Panda. Ubicado en el barrio de Floresta, sobre la Avenida Segurola, este estudio fue el lugar dónde se plasmaron algunos de los discos más importantes de las últimas cuatro décadas.
En él grabaron numerosos artistas nacionales e internacionales, desde Los Abuelos de la Nada hasta Michael Bublé, pasando por Gilda y V8. La mística de las salas que lo conforman hizo que sea el destino soñado por bandas nuevas y un espacio de creatividad para artistas consagrados.
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Con 40 años de existencia, Panda sigue siendo uno de los estudios más relevantes del país y busca seguir estando a la vanguardia de las nuevas tendencias. Además de funcionar como estudio de grabación, la empresa está ofreciendo servicios de preproducción, beatmaking, locaciones audiovisuales para streaming, televisión y contenido de redes sociales e incluso servicios de residencia. La renovación de la marca llegó de la mano de su nuevo dueño: Sebastián Bertuzzi.
Parte de la religión
“Me involucré en esta misión porque estoy convencido de que estos estudios son el presente y futuro de la música”, indica Bertuzzi, entrevistado por Infotechnology.
El abogado y corredor inmobiliario también es productor musical, y fue trabajando junto a la banda Los Telepáticos donde conoció el estudio. Tras un año de negociación, hace unos meses cerró la compra de Panda y comenzó un plan para reconvertirlo sin dejar de lado lo que significa la marca para la música argentina.
“Lo que a mi se me viene a la cabeza es que Panda no es una fábrica de música”, asegura Bertuzzi, “sino más bien una capital creativa y de inspiración en donde diversos actores de la industria musical se encuentran para relacionarse y crecer”. El nuevo plan de negocios de la empresa es un reflejo de esto, ya que mantiene a la música dentro de su core pero suma oportunidades acordes a los nuevos consumos.
En el último tiempo, distintos artistas utilizaron el estudio para producciones audiovisuales. El cantante Enez hizo un vivo en TikTok, el cual quedó registrado como disco. Por otro lado, los especiales “El Polaco, un viaje inolvidable” registraron sus segmentos musicales en el Estudio A de Panda, reuniendo al cantante y a Lito Vitale con artistas como Karina, Joaquín Levinton y Martín Bossi.
Pero los nuevos formatos no dejan de lado la rica historia de este lugar. Como indica Sebastián Bertuzzi, “todos los exponentes de nuestra música, desde 1982 hasta hoy, tienen un trabajo registrado en Panda; una situación así no se da en ningún otro estudio del planeta y más allá del orgullo que siento de esto, como nuevo equipo lo asumimos con mucha responsabilidad”.
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El milagro argentino
Estudios Panda nació de la mano de Miguel Krochik, quien tras abandonar su carrera de músico, decidió transformar un galpón familiar en un estudio de grabación. Panda comenzó a funcionar oficialmente en 1981, registrando algunos demos, jingles y música para obras teatrales.
Krochik se informaba leyendo revistas especializadas, pedía consejos a sonidistas y sacaba créditos para poder equipar el lugar con la mejor tecnología disponible. Esto llegó a oídos de Charly García, quien elegiría el estudio para grabar el disco debut de la segunda etapa de Los Abuelos de la Nada. El “bicolor” se convertiría en uno de los músicos que más pasaron por Panda, grabando discos propios y produciendo a otros artistas.
En los 80, con la creciente demanda de rock en castellano que se dio en la posguerra de Malvinas, el estudio de avenida Segurola fue partícipe de algunos de los discos que dieron forma a la década. Los Twist, Celeste Carballo y Fito Páez fueron algunos de los músicos que grabaron sus discos debut en Panda. Fue también el lugar donde Sumo gestó sus tres discos de estudio y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota registró Oktubre.
Se puede decir también que el estudio fue responsable de que varios artistas internacionales conozcan el barrio de Floresta. Allí fue donde Celia Cruz grabó Vasos vacíosjunto a Los Fabulosos Cadillacs; Luis Miguel fue a escuchar una mezcla de El voncierto, su álbum en vivo; en 2016, Michael Bublé grabó voces para su disco Nobody but me en el estudio principal.
Estudios Panda busca mantenerse como un jugador importante en el negocio musical.
Panda también fue escuela de técnicos de grabación. Amilcar Gilabert y Mario Breuer, dos de los ingenieros de sonido más reconocidos del país, trabajaron durante años en el estudio, incluso asesorando a Krochik a la hora de renovar el equipamiento.
“Yo le iba siempre con caprichos. Susy, su esposa, me decía que yo era la amante de Miguel y me cargaba Ojalá tuviera una amante, por-que seguro le costaría menos guita de lo que le costás vos’”, reveló Breuer, entrevistado en el libro Grabado en Estudios Panda, de Nicolás Igarzabal. Tanto él como Gilabert también ayudaron a formar una nueva camada de técnicos. Walter Chacón, Guido Nisenson y Christian Argañaraz, responsables del sonido de algunos de los discos más importantes de los años 90 y 2000 hicieron sus primeras armas en el estudio.
También fueron uno de los primeros estudios del país en adoptar Pro Tools, el software de grabación y postproducción digital que desde hace años es el estándar de la industria. Esta filosofía de estar a la vanguardia tecnológica y seguir gestando nuevas camadas de técnicos sigue en esta nueva etapa de Panda.
El estudio ofrece cursos individuales y prácticos de edición y grabación, además de funcionar como espacio de prácticas profesionales para universidades y escuelas terciarias. “Nuestra filosofía en general es poner a disposición todas las herramientas y asesorar para que cada proyecto encuentre las indicadas para llevar su visión y misión creativa a la mayor expresión posible”, indica Bertuzzi.
Estudios Panda cambio de dueño recientemente.
Y ahora qué pasa, ¿eh?
En esta nueva etapa, Panda busca seguir siendo un espacio creativo para nuevos artistas. La mística del estudio atraviesa generaciones, permitiendo que cantantes como Rusherking, Thiago PZK y LWLO lo elijan para grabar o masterizar su material. También está siendo utilizado como espacio para transmitir música en vivo, como lo hizo la artista chilena CAMI, presentando su nuevo disco a través de TikTok desde el Estudio A.
Bertuzzi asegura que “el paso por Panda de todos los iconos del rock nacional y ese valor intangible extra que le da la marca a tu producción, que muchos proyectos capitalizan desde la comunicación en prensa y redes sociales”.
En las últimas cuatro décadas, el estudio de Floresta atravesó cambios internos y externos; desde la manera en la cual se escuchan los discos de las bandas hasta el método en cuál se graban las canciones. Lo que antes era casi exclusivo un espacio para rock, con los años le dio paso a la cumbia, el folklore y el trap. Lo que no cambia es el compromiso de esta empresa con la música, y por eso quiere seguir demostrando que es el estudio más importante del país y de latinoamérica.
Como indica su nuevo dueño, “los oyentes cada vez se interesan más por los procesos que hay detrás de lo que escuchan”, y Panda quiere seguir siendo el lugar en el cual se graba la música que más se escucha.
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