Hay películas que marcan a toda una generación, no tanto por su calidad final, sino porque reúnen toda una serie de condiciones que de forma icónica, la hacen quedarse en la memoria colectiva de la cultura pop. Por eso mismo tienen tanto éxito las readaptaciones, secuelas y precuelas en un momento en el que la industria más que nunca, pretende vivir de la nostalgia. El último ejemplo es el musical de Netflix sobre Matilda, adaptando al formato de largometraje la multipremiada obra de Broadway, sobre el homónimo cuento del prolífico Roald Dahl.
Los que se hayan criado en los 90 conocerán de sobra la película Matilda. Dirigida por Danny DeVito, quien también interpretó a uno de los desconsiderados padres de la mágica niña, fue en su momento un fracaso de taquilla. Tuvo un presupuesto aproximado de 36 millones de dólares y sus casi 34 millones de recaudación en todo el mundo, no pudieron frenar las pérdidas de TriStar Pictures aun cuando recibió críticas generalmente positivas. Ahora, el director Matthew Warchus ha transformado el trabajo teatral ganador del premio Tony y el Oliver en un musical de Netflix. La sinopsis oficial es la siguiente:
Matilda, una niña muy inteligente y de una desbordante imaginación, es llevada a un reformatorio por parte de sus desconsiderados padres. Allí con el simple apoyo de una encantadora profesora, tomará las riendas de una revolución estudiantil contra la malvada señorita de Trunchbull. Aparte de las novedades que obviamente trae el género (números musicales, canciones y coreografías), uno de los puntos fuertes es su reparto con una irreconocible Emma Thompson que interpreta a Trunchbull y Alisha Weir como la joven Matilda. El elenco también tiene a Lashana Lynch como la profesora Jennifer Honey y a Stephen Graham y Andrea Riseborough como los frívolos padres Harry y Zinnia Wormwood.
Dahl es uno de los escritores infantiles más adaptados a la pequeña y gran pantalla. La maldición de las brujas, James y el melocotón gigante, Mi amigo el gigante o Fantastico Sr. Fox son algunos de los títulos más relevantes del imaginario del autor británico. Pero sin duda, su relato más reconocido es Charlie y la fábrica de chocolate, historia de la que el próximo año tendremos una precuela llamada Wonka, protagonizada por Timothée Chalamet.
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