EL PAÍS

El ejército ruso achaca la matanza de Nochevieja en Donetsk al uso masivo de móviles entre sus reclutas


El presidente ruso, Vladímir Putin, participa este miércoles por videoconferencia desde Moscú en la ceremonia de botadura de la fragata ‘Almirante Gorshkov’.MIKHAEL KLIMENTYEV / SPUTNIK / K (EFE)

Habían sido concentrados por sus oficiales en un único edificio y contaban con menos de tres meses de entrenamiento desde su reclutamiento forzoso. Pero para el alto mando ruso la causa principal del bombardeo que mató a decenas —cuando no a centenares— de movilizados en Makiivka, zona del este de Ucrania controlada por Moscú, es que habían dejado conectados sus teléfonos en Año Nuevo. “Es evidente que la causa principal de lo sucedido fue la activación y el uso masivo de sus móviles estando al alcance de las armas enemigas pese a tenerlo prohibido”, ha sido la conclusión del Ministerio de Defensa tras la investigación del ataque. Además, ha elevado la cifra de fallecidos desde los 63 muertos iniciales a 89, aunque Kiev asegura que perdieron la vida cientos de ellos.

El edificio, una escuela de formación profesional en tiempos de paz situada en la provincia oriental de Donetsk, quedó reducido a escombros pasada la medianoche con muchos movilizados atrapados entre los restos. Las Fuerzas Armadas ucranias habían localizado la presencia de sus enemigos dentro y dispararon varios misiles mediante un sistema de cohetes de artillería Himars. La destrucción fue aún más devastadora al haberse utilizado la instalación también como depósito de municiones.

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“Los culpables tendrán que asumir su responsabilidad según se establezca en la investigación”, advirtió el primer jefe adjunto de la Dirección Militar Política de las Fuerzas Armadas rusas, Serguéi Sevriúkov, y remarcó que Moscú, 10 meses después de comenzar su ofensiva sobre Ucrania, “está tomando las medidas necesarias para prevenir otras tragedias similares en el futuro”.

Veto a los teléfonos en 2019

Este veto al uso de teléfonos móviles no es nuevo. El Parlamento ruso aprobó en 2019 una ley que prohíbe a los militares el uso de teléfonos móviles con acceso a internet para evitar la difusión de información comprometedora, como sus coordenadas. Esta medida fue adoptada tras la revelación de algunos movimientos del ejército ruso en las guerras de Siria y de Donbás de 2014, así como la interceptación de conversaciones telefónicas que han permitido probar la autoría de otras acciones como el derribo del avión de Malaysia Airlines en 2014 con un misil antiaéreo ruso. La justicia holandesa condenó el pasado noviembre a cadena perpetua a dos ciudadanos rusos y uno ucranio, juzgados en rebeldía, por la muerte de los 298 ocupantes del avión comercial.

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La detección de los teléfonos móviles agrava la amenaza de los lanzamisiles múltiples Himars, los cuales se han convertido en un problema para el ejército ruso desde que comenzaron a operar en verano. Sus primeros objetivos eran los depósitos donde el Kremlin concentraba sus municiones y las bases aéreas rusas. Ahora, sus blancos se han ampliado a los movilizados.

Kiev habría recibido al menos dos decenas de sistemas Himars, según The New York Times. El Ministerio de Defensa ruso aseguró en su último comunicado haber destruido una cuarta parte de ellos, cinco, en la última jornada. Entre estos sistemas abatidos se encontraría, casualmente, el mismo con el que se efectuó el bombardeo de Nochevieja.

Entre los fallecidos del ataque de Makiivka figura el subcomandante del regimiento, el teniente coronel Bachurin, según ha reconocido el jefe impuesto por el Kremlin en la región de Donetsk, Denis Pushilin. “Los oficiales del regimiento se comportaron más que dignamente. Se arriesgaron sacando a los soldados (de entre los escombros) y entre ellos también hay heridos y muertos”, ha recalcado Pushilin en su canal de Telegram en un momento en el que vuelven a arreciar las críticas contra los mandos del ejército por un error tan grave.

Unos trabajadores de los servicios de emergencias desescombran, este miércoles, el edificio atacado por el ejército ucranio en Makiivka.ALEXANDER ERMOCHENKO (REUTERS)“La guerra moderna no es solo hablar de heroísmo”

Uno de los canales bélicos rusos más populares de Telegram, WarGonzo, ha lanzado un dardo directo al Gobierno ruso por no dar apenas pábulo a las críticas desde que comenzó la guerra. “Ya hemos visto las tragedias que acarrea esto. (…) La guerra moderna no es solo hablar de heroísmo, del que ciertamente tenemos suficiente, sino también un trabajo intelectual complejo”, denunciaba el canal en un editorial sobre el bombardeo.

El presidente Vladímir Putin decretó la movilización de civiles el 21 de septiembre. El decreto, redactado de forma ambigua, no establece ni los criterios de reclutamiento ni la cifra final de esa “movilización parcial”. Según el mandatario ruso y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, el objetivo ha sido reclutar 300.000 personas con experiencia militar previa. Una de las cláusulas del decreto, la séptima, fue dejada en blanco en su publicación oficial sin más explicación.

Decenas de miles de movilizados, llamados en ruso móbiki, fueron enviados a Ucrania apenas unas semanas después de ser reclutados. Según ha podido recopilar de redes sociales y de medios locales el diario ruso independiente Mediazona, al menos 514 movilizados han muerto en apenas cuatro meses, desde la movilización de septiembre hasta el 30 de diciembre. La cifra total de bajas se eleva oficialmente a 10.711 militares rusos fallecidos desde el inicio de la invasión. El último dato ofrecido por el Ministerio de Defensa, el tercero en toda la guerra, hablaba de 5.937 muertos en su bando hasta la movilización de septiembre.

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