La revolucionaria terapia que podría curar la ceguera

Los avances llegan en todo los sentidos. Siempre solemos hablar de los numerosos avances en el campo de la tecnología que suelen sorprender a todo el mundo. Aviones eléctricos, robots compositores, trenes ultrarápidos… Pero esta vez nos referimos a un tema que puede llegar a mejorar la vida de millones de personas en el mundo. Hablamos del revolucionario tratamiento que puede ayudar a curar la ceguera. Un método que está dando la vuelta al mundo y que podría revertir algunos de los efectos de una discapacidad, hasta ahora, incurable.

La teoría de la esperanza

ceguera
Los científicos de la Universidad de Oxford son los causantes de esta investigación

Investigadores del Laboratorio Nuffield de Oftalmología de la Universidad de Oxford han conseguido «resucitar» las células dañadas de la retina de ratones con con la finalidad de que vuelvan a captar la luz. Un importante descubrimiento que se podría aplicar a todos aquellos pacientes que sufran un deterioro en la retina, lugar en el que se encuentran los famosos fotorreceptores que basan sus esfuerzos en captar los estímulos luminosos y mandarlos al cerebro.

La clave de todo esto se encuentra en las células nerviosas fotosensibles. Unos mecanismos corporales que no desaparecen cuando las personas sufren cualquier tipo de ceguera, sino que solamente quedan inactivas. La misión de los científicos se ha basado en localizar y reactivar estas células consiguiendo que gran parte de la visión pueda recuperarse poco a poco de forma parcial. Este tratamiento ayudará a mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufran la llamada degeneración macular. Una afección que consiste en el desgaste de la mácula, la región que se encarga de captar la visión central, el movimiento y los colores.

Un experimento exitoso

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La mácula es el elemento clave

Los investigadores de la Universidad de Oxford con Samantha de Silva a la cabeza han probado este novedoso tratamiento en ratones. En primer lugar, los animales eran infectados con un virus basado en la retinitis pigmentaria con la finalidad de que se produjera una proteína sensible a la luz llamada melanopsina. Posteriormente, tuvo lugar el tratamiento intensivo durante un año y pudieron apreciar que los organismos eran capaces de distinguir algunos objetos. Lo que significa que las células oculares con melanopsina eran capaces de volver a captar la luz y de enviar la señal al cerebro de forma correcta.

Todo un éxito de tratamiento que mejorará la calidad de vida de los pacientes invidentes pero al que le queda mucho por recorrer. Por el momento los resultados son positivos y se espera que esta técnica de modificación genética pueda implantarse en un futuro cercano en los seres humanos.


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