La Biblia está compuesta por multitud de escrituras que narran la historia del judaísmo y el nacimiento de la religión cristiana. Relatos de gran sabiduría que tienen como objetivo transmitir la palabra de Dios y que datan desde el año 750 a.C. hasta el 110 d.C. A pesar de su inmensa influencia, ninguno de los pasajes narrados ha podido demostrar nunca su autenticidad, ante la antigüedad de su existencia. Al menos hasta ahora.
Un grupo de arqueólogos ha descubierto recientemente la veracidad de uno de los episodios más famosos de la Biblia, descrito en el Libro de Jeremías. Durante una excavación en el Parque Nacional de las Murallas, en Jerusalén, los científicos encontraron artefactos quemados cuyo uso se remonta más de 2.500 años. Un objeto que, a simple vista, carece de importancia, pero que podría estar relacionado con la quema de la Ciudad de David descrita en las sagradas escrituras.
La conquista babilónica narrada en la Biblia
El responsable de la extracción, Joe Uziel, ha confirmado la noticia, describiendo además los objetos que han aportado luz a tan notable acontecimiento. El hallazgo incluye una estatua femenina de marfil, así como tarros de cerámica que lucen todavía el sello real de la época. Las capas de carbón que han ocultado durante siglos dichos utensilios corresponden al periodo antiguo en el que tuvo lugar el incendio. «Estos sellos son característicos del final del período del Primer Templo y fueron usados para el sistema administrativo que se desarrolló hacia el final de la dinastía de Judea. La clasificación de los objetos facilitó el control, supervisión, recolección, comercialización y almacenamiento de los rendimientos de los cultivos. El rosetón, en esencia, reemplazó el sello real usado en el sistema administrativo anterior «, dijo Ortal Chalaf, co-director de la excavación, al medio local The Times of Israel.
Como hemos explicado con anterioridad, este descubrimiento está relacionado con la conquista y posterior destrucción de la ciudad de Jerusalén. Un terrible suceso efectuado por el rey Nabucodonosor de Babilonia contra su principal enemigo, el monarca judeo Sedequías. Jeremías narra que «en el séptimo día del mes quinto, que fue el año decimonoveno del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén el capitán de la guardia, el siervo del rey de Babilonia, y quemó la casa del Señor, la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén, y toda gran casa se quemó con fuego». Restos que ahora han sido encontrados de manera imprevista, pero que confirman el relato.
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