Las misteriosas esponjas amarillas de las costas francesas

La naturaleza es capaz de las cosas más increíbles que existen. Los fenómenos naturales han sido estudiados por los seres humanos desde tiempos inmemoriales. En la actualidad algunos de ellos siguen siendo un completo misterio como es el caso de las esponjas de la costa de Ópalo (Francia). Un hallazgo que tuvo lugar a mediados del mes de julio y que se ha convertido en todo un enigma para la comunidad científica. 

La playa de las esponjas

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Las esponjas inundan la costa de Ópalo

Imagínate que estás dándote un tranquilo baño en la playa y de repente notas como te toca algo desde las profundidades. Te das la vuelta y ves como una horda de miles de esponjas amarillas viene hacia ti ¿Qué harías? Salir corriendo fue la decisión más utilizada por los bañistas de la Pas-de-Calais, una playa del norte de Francia. En principio, estas extrañas formaciones se identificaron como objetos de origen desconocido que se parecían en muchos rasgos a las tradicionales esponjas de ducha.

En principio se creyó que formaban parte de las típicas espumas de poliuretano. Pero después de los análisis pertinentes, se determinó que se ignoraba la procedencia de unos objetos que han generado curiosidad en la comunidad científica. Cabe destacar que la densidad de estas «esponjas» se extendió alrededor de los 50 kilómetros de la costa de Ópalo en apenas un par de días. Un número que se va incrementando y del que se desconoce su origen.

Un misterio sin resolver

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Aspecto de las misteriosas formaciones

Los análisis determinaron que estas misteriosas esponjas estaban compuestas principalmente de una sustancia llamada parafina que procede del petróleo. Un compuesto que se utiliza como base en la industria farmacéutica y que no entraña ningún riesgo para la salud de los bañistas. Sin embargo, desde las autoridades francesas han aconsejado a los visitantes que eviten tocar o ingerir estas esponjas, ya que incluyen ínfimos niveles de toxicidad.

Su facilidad para desmenuzarse y el pequeño tamaño de algunas de sus partículas hacen que estas «esponjas» pueda ser transportadas con facilidad a través de largas distancias. Unos elementos con escaso poder biodegradable que necesitan un mínimo de 100 años para desaparecer. Por ello desde las autoridades francesas trabajan día y noche para que las costas de Ópalo vuelvan a la normalidad.


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