Los eclipses pueden definirse como uno de esos fenómenos naturales que son capaces de sorprender a todo el mundo. Adorados por las antiguas culturas y temidos por algunos de las civilizaciones más poderosas de la historia, los eclipses siguen generando una gran expectación en la sociedad debido a sus altas dosis de espectacularidad. De luna o de sol, los eclipses se producen resumidamente por la interposición de un astro en la trayectoria visible de otro dando así un punto de vista completamente diferente al habitual en el que la oscuridad es la protagonista. Pues bien, lo creas o no, desde la Agencia Espacial Europea están investigando para crear eclipses artificiales. Te lo contamos todos los datos.
Un eclipse a nuestro antojo
El ser humano siempre se ha movido por su capacidad de desenmarañar los misterios del universo y hacerlos suyos. Una practica que lleva a experimentos tan peculiares como el de la Agencia Espacial Europea en el que los eclipses artificiales serán una realidad en el año 2020. El proyecto se denomina Proba-3 y pretende poner en órbita dos enormes satélites que tendrá una única misión: provocar un eclipse artificial. Eso sí, el objetivo principal del programa no es dejar a la tierra sin su astro rey sino estudiar con mayor detalle la corona solar que se produce en este tipo de procesos atmosféricos.
La corona solar es tan importante para los científicos porque gracias a ella se tienen lugar el viento solar las eyecciones de masa coronal. Unas gigantescas erupciones que pueden generar algunos cambios negativos en la Tierra y de las que están cada vez más vigiladas.
Un cronógrafo gigante
Los cronógrafos espaciales pueden definirse como esos instrumentos que simulan diminutos eclipses y que se sitúan en los mejores observatorios espaciales. Su funcionamiento es muy sencillo, estos dispositivos incorporan un disco metálico que tiene la función de bloquear la cara brillante del sol con el objetivo de poder observar su corona. El siguiente paso es colocar estos instrumentos circulares en el telescopio y así poder observar de la mejor manera las características más peculiares de nuestra querida estrella.
La función de Proba-3 se basa en mandar uno de estos cronógrafos al espacio. Eso sí, las medidas del mismo estarían multiplicadas por cien aunque la función fuera exactamente la misma. Los satélites implicados en el proceso se encontraran a una distancia aproximada de 150 metros y mientras que uno de ellos tapa la trayectoria de la luz solar, el segundo recibe la sombra en la pantalla del cronógrafo, consiguiendo así que el experimento sea todo un éxito y nosotros disfrutemos de un maravilloso eclipse artificial. Todo un hito.
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