El atún en lata es uno de los alimentos más versátiles que podemos tener en la despensa. Solemos incluirlo en sándwiches, tortillas, pizzas, ensaladas, etc. Si bien es cierto que es más rico en grasas y sodio que el atún fresco, también tiene un mayor contenido proteico. Para su adecuada conservación, hay algunos tips que debemos tener en cuenta, y uno de los más importantes es no dejar una lata de atún abierta en la nevera por el bien de nuestra salud.
Las latas sin abrir podemos almacenarlas en la despensa dante varios meses, siempre que estén alejadas del calor y la luz solar. Pero cuando abrimos una lata y no nos acabamos todo el contenido, nos puede parecer una buena idea ponerle una envoltura de plástico y guardarla en la nevera para utilizar en otra ocasión.
¿Por qué no hay que guardar una lata de atún abierta en la nevera?
Pues bien, debemos saber que cuando una lata pierde el vacío y la capacidad esterilizadora, puede favorecer la proliferación de hongos y bacterias, e incluso de una toxina que causa botulismo. Aunque es una afección poco frecuente, es de carácter grave ya que la toxina ataca al sistema nervioso del organismo, cuyos síntomas pueden ser letales.
Estos aparecen entre 12 y 36 horas después de que la toxina ingrese en el cuerpo: dificultad para tragar, sequedad en la boca, visión borrosa, parálisis, náuseas, vómitos y calambres abdominales. Las principales fuentes de botulismo por transmisión alimentaria son alimentos mal conservados o mal enlatados.
Riesgos
Las latas de atún suelen ser de aluminio. Con el paso del tiempo, un poco de metal se transfiere al contenido, y esto aumenta cuando se introduce oxígeno una vez abierta la lata. Es más común con alimentos más ácidos, como la piña o el tomate, aunque también puede pasar con otros.
La combinación de oxígeno y acidez crear una reacción que recubre la lata con un material de color grisáceo, el cual se puede desprender a la comida. Aunque resulta muy desagradable, no es peligroso. En la mayoría de casos, únicamente afecta al aspecto estético del alimento en cuestión.
A esto hay que sumar que el atún puede absorber otros sabores, aunque tapemos la lata con una envoltura de plástico. Esto no supone un riesgo en sí mismo, pero es mejor evitarlo.
Entonces, ¿qué es lo que debemos hacer? Una vez abierta la lata, si sobra algo de atún, lo mejor es vaciarlo en un tarro de cristal con cierre hermético y guardarlo en la nevera.
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