Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid,1960) recibe a MD en el Círculo Ecuestre de Barcelona, un sitio históricamente importante para su familia. “Mi abuelo venía aquí todos los días”, explica con cariño mientras nos enseña ‘la pecera’, su sala favorita. “Es impresionante, ¿verdad?”. Está nerviosa porque ha regresado a la ciudad que un día fue su hogar después de 4 años y lo ha hecho para presentar su libro de memorias, su historia.
“Se ha puesto de moda contarlo todo. Yo al principio tenía mucho miedo. Los dos meses antes estaba histérica. Sabía que era un libro que no se lo tenía que enseñar a nadie porque la gente que me quiere me iba a aconsejar que quitara cosas. Es un relato bastante bestia pero todo lo que cuento son verdades”, explica. “Nunca esperé que tuviera tanto éxito. Ahora, se me han olvidado los disgustos que he vivido y estoy disfrutando de todo lo que se está vendiendo”.
La diseñadora de moda celebra el éxito que está teniendo su biografía ‘Mi historia’.
De esta manera, Ágatha se abre en canal porque sentía que “este era el momento para hacerlo”. “Pensaba que tenía que contarlo todo antes de que se me olvidaran las cosas. Es un libro muy personal y creo que puede ayudar a muchas mujeres. Cuando lo lees, te anima a que, pase lo que te pase, tires hacia delante. El hilo conductor es que siempre que he tenido un problema el trabajo me ha ayudado a seguir. No te puedes venir abajo nunca. Por eso digo que mi oficio ha sido la gran maravilla de mi vida. ”, insiste.
Ahora, la diseñadora de moda se encuentra pasando por una etapa “bestial”. “Nunca me imaginé estar así con mi edad. Estoy viviendo una época buenísima tanto en lo personal como lo profesional”, comparte con alegría. Sobre el característico estilo que le dio la fama, asegura que “al principio no le gustaba a nadie pero todo el mundo lo reconocía. Con el paso de los años, me he convertido en un clásico y mis trajes de hace 30 años se están revalorizando. Si entro a una sala y pregunto si alguien ha tenido algo de mi marca, todo el mundo levanta la mano. Eso me hace sentir mucho orgullo”.
Ágatha Ruiz de la Prada posa con copias de su libro en el Círculo Ecuestre de Barcelona.
En la biografía sorprende a todos al desvelar que su bisabuelo Juan de Urruela fue el primer portero del FC Barcelona. “Creo que era guapísimo y mi bisabuela, que era una de las personas más ricas de Catalunya, se casó con él. Mi bisabuelo era un juerguista y tenía un campo de polo en el que organizaba fiestas. Las amigas de mi bisabuela le dijeron que se casaba con ella por dinero pero les contestó: ‘qué bien tener dinero para casarme con quién me de la gana’. En esa época, eso era de moderna. Yo siempre he sido muy del Barça, aunque no me guste el fútbol”, relata. Con el paso de los años, su familia fue desvinculando del club catalán. “Tenemos mucha cultura de caballos. Nos encantan los animales”, apunta.
Por su parte, Ágatha confiesa que no sigue activamente ningún deporte. “Soy muy amiga de Samaranch y fui un par de veces a las Olimpiadas con él. También viajé una vez a Nueva York con mi hijo para ver la Copa América de vela y no entendí nada”, declara. Eso sí, en su familia habían grandes deportistas. “Mi madre era muy buena jugando a tenis y entrenaba con Manolo Santana. Mi tío también fue campeón de España de golf. Yo creo que precisamente por esa tradición familiar, a mí me aburrían mucho las conversaciones de deporte. Me da pena porque sé que hay gente que hubiera matado por estar en mi sitio y yo lo estoy desperdiciando”.
La diseñadora de moda está pasando por un gran momento personal y profesional.
La marquesa de Castelldosríus, baronesa de Santa Pau y grande de España ha tenido el privilegio de conocer a “todos los grandes deportistas de nuestro país”. “Miguel Induráin, Severiano Ballesteros , Rafa Nadal… Conozco a todos. Considero que Nadal es un tipazo, el español más universal en este momento, la persona más importante. Le gusta mucho hablar de fútbol y es justo el tipo de conversación que a mi no me gusta. En lo que sí coincidimos es que le encanta vestir con colores llamativos”, argumenta.
Sin embargo, un momento deportivo que Ágatha nunca olvidará fue cuando España ganó el Mundial de Brasil en 2014. “Estaba en Mallorca con mi hija Cósima. Ese día sí que lo recuerdo, fue muy guay”, sentencia.