Si estás pensando en hacer una escapada para desconectar de la rutina y descubrir nuevos lugares, te encantará saber que hay un pueblo de Portugal a una hora de España que merece mucho la pena visitar. Es perfecto para visitar en un fin de semana y alberga monumentos de gran interés, como los Jardines del Palacio Episcopal o la Catedral.
Se trata de Castelo Branco, un municipio cuyo origen se remonta a la primera mitad del siglo XIII. Además de descubrir todos sus atractivos, puedes disfrutar de su gastronomía, con platos típicos como las empanadas o el queso. El queso de Castelo Branco es uno de los más famosos de Portugal, el cual se elabora con leche de oveja y tiene una textura muy suave.
¿Qué ver en Castelo Branco?
Los Jardines del Palacio Episcopal son una de las visitas más importantes en la localidad. Tal y como su propio nombre indica, son unos jardines que forman parte del palacio episcopal, reconvertido en museo.
Su construcción data del siglo XVI de la mano del obispo João de Mendonça. Los jardines son de estilo barroco y albergan una impresionante colección de estatuas de granito. Además, cuentan con cinco lagos, así como varias fuentes y jardines de boj.
El Cruceiro de S. João está situado justo al lado del Palacio Episcopal y está declarado Monumento Nacional. Fue construido en el siglo XVI. Merece la pena dedicar unos minutos a observarlo, ya que es muy rico en detalles.
La Catedral de Castelo Branco es uno de los monumentos más importantes de este pueblo de Portugal. Mantiene la estructura original y conserva elementos rococó y barrocos.
La visita al Castillo de Castelo Branco, situado en lo alto de la montaña, es imprescindible. Fue mandado construir en la primera mitad del siglo XIII por los Templarios. Por desgracia, está prácticamente en ruinas, y solo quedan en pie la torre y parte de la muralla.
El Centro de Interpretación del Bordado es un lugar fantástico para conocer de primera mano cómo se realiza todo el proceso de cultivo del lino. Los bordados de Castelo Branco son verdaderas joyas y una tradición que ha pasado de generación en generación durante siglos.
Para disfrutar al máximo de la escapada, nada mejor que pasear por el Parque do Barrocal. Se caracteriza por su gran biodiversidad y alberga rincones fabulosos como el Círculo Domo, el Observatorio dos Abelharucos o el Túnel do Lagarto.
Source link