La pasta es uno de los alimentos más consumidos del mundo, el cual tiene beneficios muy interesantes para la salud y, además, es muy versátil en la cocina. Al carecer de agua, se deteriora más lentamente que otros alimentos como la carne, el pescado, la fruta o la verdura. Sin embargo, esto no significa que la pasta no pueda estropearse.
Al igual que el arroz, la pasta tiene una fecha de consumo preferente, la cual no debe confundirse con la fecha de caducidad. La fecha de consumo preferente indica la pérdida de alguna de las propiedades originales del producto, como el sabor o la textura, pero no conlleva ningún riesgo para la salud.
Más allá de este dato, que aparece reflejado en la etiqueta del paquete de pasta, existen algunos indicadores en los que debes fijarte para saber si la pasta se ha estropeado antes de cocinarla. Si se trata de pasta seca, se puede echar a perder si no la guardas en un recipiente hermético por el efecto de la humedad.
En este caso, es muy fácil saber que se ha deteriorado porque verás una especie de polvillo en el interior del paquete. También puede aparecer moho como consecuencia de la humedad. El olfato también te puede ayudar a detectar si debes tirar la pasta. Si el olor es fuerte y desagradable, está claro que la pasta se ha podrido.
¿Cómo guardar la pasta?
Para evitar que se estropee, es importante que conozcas una serie de consejos acerca de cómo almacenarla. La pasta seca tiene una vida útil muy larga, siempre y cuando la guardes en un lugar fresco y seco donde no reciba la luz directa del sol, como la despensa.
¿Y si ya está cocida? Una vez la hayas cocinado, la escurres con ayuda de un colador y la colocas en un recipiente de vidrio con cierre hermético. Antes de guardarla en la nevera, rocíala con un chorro de aceite de oliva y remueve bien para evitar que se pegue.
Una vez cocida, puedes mantenerla en la nevera unos cuatro o cinco días. En el momento del consumo, solo tienes que calentar la pasta junto a tu salsa favorita, ¡y listo!
Existen algunas señales a las que debes prestar atención para saber si la pasta cocida se ha estropeado: tiene un color blanquecino, presenta puntos negros que indican moho, el olor es a podrido y la consistencia se vuelve viscosa y pegajosa.
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