tiene que ver con la cuenta

Ya hemos hablado del truco oculto de los supermercados para que los clientes gasten más dinero, pero lo que quizá no sabías es que los bares también tienen su propia estrategia. Seguro que en más de una ocasión has ido a un bar, has pedido una ración y te has dado cuenta de que falta o sobra una unidad, de manera que es imposible hacer una repartición equitativa.

Esto es algo que ocurre con las gambas, las albóndigas, las croquetas… E incluso con las lonchas de embutido. Es una práctica muy habitual en los establecimientos de hostelería y, aunque a lo clientes les saca de quicio, existe una razón de peso para que sea así. Es una estrategia para vender más raciones.

La regla numérica de los bares

Para entender cómo funciona, tenemos que atender a las matemáticas, ya que los bares utilizan una regla numérica que se basa en el uso de los números primos a la hora de servir las raciones. Cabe recordar que los números primos son aquellos mayores que uno y que únicamente e pueden dividir por uno y por sí mismos: el 2, el 3, el 5…

La próxima vez que vayas a un establecimiento de hostelería y pidas una ración con tus amigos o familia, lo más seguro es que el número de unidades sea impar. Claro que, en función de las personas que seáis, quizá el bar os sirva un número de unidades par. El objetivo es que surja ese «conflicto» porque la cantidad a repartir nunca sea igual.

Así, para equilibrar el sobrante que falta o que queda, los clientes tienden a pedir otra ración. Claro que siempre queda la opción de dividir la última unidad. Si, por ejemplo, sois tres personas y os sirven ocho croquetas, podéis comer dos cada uno y las dos sobrantes cortarlas en tres trozos. Así todos comeréis lo mismo.

Otros trucos

Otra práctica de muchos bares es servir aperitivos gratuitos a los clientes. Ahora bien, casi siempre son aperitivos salados, como patatas gratis, cacahuetes o almendras. La sal produce sed, así que el objetivo no es otro que estos pidan más bebidas.

En muchos establecimientos de hostelería cobran los cubiertos a los comensales. Sin embargo, FACUA advierte que es una práctica ilegal. Por lo tanto, si te ocurre esto en algún momento, puedes pedir la hoja de reclamaciones y negarte a pagarlo.

Como puedes comprobar, los bares, al igual que los supermercados, tienen sus propias estrategias para ‘engañar’ a los clientes.


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