El aumento imparable en el precio de los alimentos hace que sea más importante que nunca adoptar buenos hábitos a la hora de hacer la compra. Según Facua, los alimentos que más se han encarecido han sido los aceites (47,4%), la leche y los lácteos (34%) y la carne y el pescado (24,2%). Si realmente quieres administrar bien tus fianzas y ahorrar en la compra, hay algunas cosas que no debes hacer en el supermercado.
Hábitos que te hacen perder dinero
Quizá hacer una compra grande al mes te puede parecer la mejor de las ideas para ahorrar, ya que haces un único gasto que se ajusta a tu presupuesto. Sin embargo, con una compra tan grande y complicada de planificar, es muy probable que termines tirando comida. Lo mejor es hacer un calendario de comidas semanal y comprar lo que necesites. Así evitarás el desperdicio alimentario.
¿Eres de los que va al supermercado sin una lista de la compra? Sin lugar a dudas, es uno de los peores hábitos que existen y, por desgracia, muy común. Necesitas una lista para saber lo que tienes que comprar y respetar el presupuesto. Así no te llevarás cosas que no necesitas simplemente por impulso.
En una situación económica como la actual, ahorrar hasta el último céntimo es muy importante. Pero, ¡cuidado con las promociones! Aprovecha solo aquellas que realmente te sean útiles para las próximas dos o tres semanas. ¿Qué pasa si dentro de unos meses sale una oferta aún mejor y ya tienes muchísimos productos en casa?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir dos raciones de fruta y tres de verdura al día. Al hacer la compra en el supermercado, debes saber que los productos de temporada son más baratos y, además, tienen más sabor y nutrientes. Ahora en primavera, las frutas y verduras de temporada son: kiwi, naranja, albaricoque, frambuesa, espárrago verde, alcachofa, berenjena, etc.
Uno de los trucos que utilizan los supermercados es el de colocar los productos que quieren vender a la altura de los ojos de los clientes, de tal manera que se convierten en la primera opción. No caigas en la trampa y revisa toda la estantería, de arriba a abajo, hasta encontrar lo que buscas.
Tener hambre cuando vas a hacer la compra es una idea nefasta. Sentirás un mayor impulso por los alimentos poco saludables, los cuales no entrarían en tu cesta si acabaras de comer. Por supuesto, siempre puedes darte algún capricho, pero procura ir al supermercado con el estómago lleno.
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