Corría la primavera de 2014 cuando el Córdoba entró equipo de Primera tras empatar este domingo ante La Unión Deportiva Las Palmas (1-1), en un duelo que se resolvió con un final agónico a favor del lado visitante gracias al tanto de Ulises Dávila en el minuto 92, que anuló el gol inicial de Apoño y que devolvió al conjunto andaluz a la élite 42 años después.
La invasión de seguidores locales dispuestos a celebrar el ascenso antes de tiempo terminó condenando a su equipo. Tras unos minutos con el partido suspendido, el árbitro decidió retomar el juego y la alegría cambió de bando en menos de un minuto, con los jugadores locales dormidos en defensa, y los cordobeses volvieron a Primera tras 42 años vagando entre la Segunda y Segunda B.
A falta de un minuto para el final y con el partido muriendo, los aficionados amarillos no aguantaron hasta el final del tiempo reglamentario para celebrar el ascenso del equipo. Cientos de hinchas canarios se lanzaron al terreno de juego y comenzaron una invasión de campo que obligó al colegiado a parar el choque.
Sin embargo, aún quedaba un minuto por disputar y el córdoba quería morir matando. Aprovechando la interrupción, el ‘Chapi’ Ferrer mandó a sus hombres arriba en busca de una última jugada que obrara el milagro cordobés. Y finalmente llegó, un error en la zaga local dejó solo a Raúl Bravo en el segundo palo y tras rematar a placer un disparo despejado por Barbosa, apareció Ulises Dávila para empujar el balón a las redes y llevar el drama a las gradas.
Junto a ellos, los aficionados en las gradas comenzaron una batalla campal contra los presentes en el terreno de juego que obligó a los cuerpos de seguridad presentes en el verde gran canario a echar por la fuerza a los hinchas canarios y zanjar la revuelta. Hubo lanzamiento de objetos y sustracción de botellas de agua de ambos banquillos. Un triste final para el sueño canario.